Los analistas destacan las ventajas del "método Martini", que permite a los empleados producir "en cualquier momento, en cualquier lugar"
La tendencia del trabajo móvil sigue al alza. De hecho, los expertos de la compañía International Data Corporation (IDC) han calculado que la temporada que viene habrá 1.200 millones de empleados que se ajustarán a este patrón virtual, sobre todo en Estados Unidos y el sudeste asiático.
Los técnicos de otra firma especializada, Regus,
han elaborado un informe basado en 600 entrevistas a propietarios y
gerentes de grandes organizaciones en el que se constata el auge del
llamado método Martini en el terreno laboral, una denominación
que recupera lo que significa el lema histórico de esta marca de bebida
—"En cualquier momento, en cualquier lugar, donde sea"— para
contraponerlo a lo que suponen los puestos tradicionales, como
contenedores de operarios fijos, estáticos.
El fenómeno no se plantea en términos de sustitución. Es decir, no se afirma que el teletrabajo
vaya a acabar con la modalidad convencional. Sin embargo, proliferan
los ejemplos que demuestran que su extensión parece imparable. Numerosos
directivos interpretan estos esquemas flexibles como auténticas vías de
ahorro en plena crisis. No en vano el consumo de recursos en oficinas,
despachos, etc. es evidente. Según los datos que manejan en Regus, cinco
de cada diez escritorios están vacíos en determinados tramos de la
jornada. El caso del departamento de ventas es paradigmático.
Tampoco hay duda de que cada vez hay más empleados que prácticamente
en todo momento están conectados con sus jefes, compañeros, proveedores o
clientes, se encuentren éstos donde se encuentren. Dispositivos móviles
como los smartphones o las tabletas táctiles les facilitan esta tarea de manera considerable.
Así, Apple despachó en el primer trimestre de 2012 casi doce millones de iPads,
lo cual supuso un crecimiento en las ventas del 150% con respecto al
mismo periodo del año pasado. Con este instrumental todavía resulta más
sencillo incorporar a las rutinas de trabajo herramientas como las redes
sociales o los servicios de mensajería instantánea. Perfiles como los
jóvenes o quienes siguen en la universidad se muestran más interesados
por esta solución que los miembros de las plantillas clásicas.
El mercado estadounidense es en este aspecto el más maduro. La mitad
de las empresas encuestadas allí en 2010 por los analistas de Society for Human Resource Management (SHRM)
permitían que su personal disfrutase de un horario flexible. Dos
ejercicios después esta proporción se ha elevado hasta el 70%. En esta
investigación se aclara que, además de cumplir con sus obligaciones
desde sus casas, los trabajadores también lo hacen en estaciones de
tren, aeropuertos, otros espacios compartidos...
Los defensores de esta fórmula son conscientes de las dificultades
que entraña supervisar y coordinar las tareas que lleva a cabo una serie
de individuos distribuidos por distintos lugares que funcionan con
ritmos diferentes. Frente a las eventuales dudas que podrían generar sus
grados de compromiso, constancia y disciplina, los autores de estos
estudios citan el “dividendo de la agilidad”, que mide el éxito a partir
de los costes, el bienestar de los empleados y el aumento de su
productividad.
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