La crisis genera incertidumbre y desmotiva a los empleados. En muchos casos ésta desmotivación es consecuencia no tanto, o no tan sólo, de la situación sino de la percepción de falta de orientación.
Sabemos que las empresas deben definir hacia dónde van y cuál es su estrategia, responsabilidad de la dirección. Necesidad más crítica en situaciones de incertidumbre. Y que cómo llegar es una labor de definición de objetivos, planificación de recursos y buena comunicación. Aquí los jefes tienen un rol crucial. Ellos deben orientar a los empleados, pues un empleado bien orientado está más motivado y trabaja mejor.
Esta motivación es sin duda más necesaria si la situación requiere de esfuerzos adicionales. No se trata sólo de si tenemos definido nuestro rumbo, sino de si éste y los objetivos en los que se concreta se comunican adecuadamente para lograr su consecución y mantener la motivación.
Parece sencillo, pero cuesta. La orientación es una asignatura pendiente en muchas empresas españolas. ¿Sabemos hacia donde vamos? ¿Conocemos nuestros objetivos? ¿Sé lo que se espera de mí? ¿Conozco a mis empleados? ¿Tenemos jefes efectivos? Aquellos que conocen y comunican el rumbo de la organización, conocen a su gente y las condiciones que les motivan y son capaces de crearlas para conseguir los objetivos.
Acertar en la estrategia es clave. Pero el éxito precisa de de jefes capaces de comunicar clara y eficazmente y de activar los resortes de la motivación. Por muy dura que pueda ser la situación. ¿Tenemos de estos?
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