Ballotelli tiene los
ojos arrasados en lágrimas. Ha dicho adiós a la Eurocopa. En la final su
selección ha recibido 4 goles. Él, algún golpe de Sergio Ramos. Al
día siguiente su cara es el símbolo de la derrota italiana.

Minutos antes de protagonizar esa
instantánea Ballotelli había empujado con violencia a su entrenador,
Cesare Prandelli. El mismo que ahora tendrá que ver cómo consigue que
SuperMario despliegue su talento sin generar un problema nuevo cada semana.
Ballotelli es talentoso, díscolo y muy joven. Un perfil común en el fútbol y en muchas empresas. Leo Farache,
autor de la obra “Gestionando adolescentes”, asume que para trazar un
nuevo rumbo con este tipo de personas hay que negociar. Para eso
recomienda el uso de la técnica MAAN (mejor alternativa
a un acuerdo negociado). Pone de ejemplo llevarle a una situación
extrema y hacerle ver qué supondría que no se volviera a contar con él
en ese equipo, ya sea futbolístico o empresarial.
El comportamiento de Ballotelli es muy
discutible en un vestuario, como lo sería en cualquier oficina. Los
ejemplos de su mala actitud se cuentan por decenas. En la Eurocopa
celebró un gol insultando. Cuando estaba en el Inter se hizo fotos con
la camiseta del Milán. Para que la persona cambie Farache propone pasar
del “tú eres” al “te has comportado”. Hacer ver que los malos hábitos no son algo inherente a ellos sino que pueden cambiar.
Ante la pregunta de si sería positivo
realizar concesiones a individuos como este, dado su talento, Farache
considera que lo óptimo es el equilibrio. Afirma que
hay que mantener el orden que permita “crear sociedad” y, a la vez,
mantener la flexibilidad para que cada persona se sienta única y así
pueda ejercer su creatividad”.
El liderazgo ante un empleado altivo
Para el autor de Gestionando adolescentes este tipo de jóvenes talentos en cualquier entorno laboral necesitan un mentor. Alguien que le genere confianza
y que no tiene porqué ser el entrenador o el jefe de turno. Y eso,
dice, lo podemos facilitar “en la familia ocurre igual, buscamos auxilio
en hermano mayor o en un tío. Así conseguimos nuestro objetivo sin que
la persona perciba que nos está dando la razón”.
Una labor difícil para Prandelli. Y más
ahora que hay dudas sobre si los grandes líderes, Buffon y Pirlo,
volverán a una fase final con la azzurra. Ellos dos vieron cómo la roja
les pasó por encima aquel domingo de julio. Para Ballotelli no era la
primera mala experiencia con España. Cuando tenía 16 años vino a
Barcelona. Podía convertirse en una nueva estrella de La Masia. Jugó
tres partidos. Marcó varios goles. Sin embargo el club azulgrana no lo
fichó por su carácter. Como recuerda Farache las organizaciones tienen
que saber ver si interesa incorporar a esos talentos que sean perjudiciales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario