El rendimiento de los trabajadores españoles influye en su
remuneración de forma mínima, a un nivel similar al de mercados como los de
Irán o Venezuela, lo que supone una traba para atraer talento.
El dato es desalentador: España es uno de los países del
mundo donde la productividad afecta menos al salario de los trabajadores. Dicho
de otra manera, su rendimiento influye en su remuneración al mismo nivel que en
mercados laborales como Irán, Burkina Faso,Egipto o Venezuela, según el Índice
de Competitividad por el Talento Global (GTCI, por sus siglas en inglés), un
estudio elaborado por Adecco, la escuela de negocios Insead y el HumanCapital
Leadership Institute, que acaba de presentarse en Davos en el contexto del Foro
Económico Mundial.
España desarrolla bien a sus profesionales, pero es incapaz
de retener a los mejores
El estudio, que analiza 81 variables para determinar qué
países son más competitivos a la hora de retener y atraer a los trabajadores
mejor formados, no deja muy bien parado a España, que ocupa un más que modesto
puesto 36 (seis menos que el año pasado) de entre 109 mercados analizados. De
esta forma, nuestro país se sitúa por detrás de Letonia, Chile,Eslovenia o
Portugal a la hora de competir por el talento global y se queda muy lejos de
las principales economías de nuestro entorno.
Todo ello, en un entorno en el que los profesionales mejor
formados se han convertido en el activo más valioso del mercado de trabajo
mundial, la cifra de desempleados alcanza ya los 200 millones de personas y,
según diversas fuentes, la mitad de los puestos de trabajo corren el riesgo de
desaparecer debido al desarrollo de nuevas tecnologías. "El mundo laboral
está cambiando más rápido que nunca y eso aporta tanto oportunidades como
retos. Para atraer talento, los gobiernos deben invertir en educación y
conocimiento, así como reducir la burocracia y simplificar sus mercados
laborales", asegura Alain Dehaze, consejero delegado del Grupo Adecco.
Puntos fuertes y débiles
El estudio es una guía para conocer las fortalezas de España
en el mercado de trabajo mundial, pero también aquellos campos en los que
estamos obligados a mejorar. Por ejemplo, la categoría más fuerte es la que
hace referencia a la calidad de nuestras escuelas de negocios: España ocupa el
tercer puesto del ránking mundial en esta variable, sólo por detrás de Suiza y
Bélgica, según la Encuesta de Opinión de Ejecutivos del Foro Económico Mundial,
un estudio que se realiza anualmente para conocer la opinión de líderes
empresariales sobre diversos temas.
Las dificultades para contratar y una poco atractiva
fiscalidad pesan más que nuestra calidad de vida
Otro de los puntos fuertes de nuestro país hace referencia a
su calidad de vida, siendo uno de los estados que mejor puntuación recibe en
aspectos como la seguridad, la higiene y la salud, la tolerancia con la
inmigración o el comportamiento medioambiental. Estos asuntos no son menores,
pero sí resultan insuficientes si no van acompañados de otros estímulos para
los trabajadores.
De esta forma, el problema para España surge cuando los
apartados que se analizan se centran en cuestiones puramente económicas. Además
de la casi inexistente relación entre productividad y salario antes mencionada,
otros aspectos que no nos ayudan a conquistar talento son nuestra fiscalidad
(ocupando el puesto 96 entre las economías más atractivas en este aspecto) o
las dificultades para contratar (hay 95 estados donde es más sencillo).
El estudio concluye que España sabe desarrollar a buenos
profesionales, pero tiene problemas estructurales en su economía y en su
mercado laboral que le hacen muy difícil retenerlos, lo que nos coloca como uno
de los países donde se produce una mayor fuga de cerebros.Esos mismos problemas
se traducen también en nuestras dificultades para captar profesionales bien
formados de otros mercados, debido a los escasos incentivos que tienen estos
para venir a trabajar a España, más allá del manido "se vive muy
bien".
Europa es la referencia
Suiza,Singapur y Luxemburgo son los tres países del mundo
más competitivos en la lucha por el talento y lideran una lista en la que
aparecen siete estados europeos en las diez primeras posiciones (Canadá, EEUU y
Singapur son la excepción). De esta forma, resulta curioso que mientras Europa
pierde cada vez más fuerza en el tablero económico mundial, sobre todo en
beneficio de Asia, nuestro continente sigue siendo el destino laboral más
deseado por los trabajadores de todo el mundo. ¿Por qué? La respuesta está
resumida en las fortalezas de Suiza, el país que lidera el ránking: la
estabilidad política, una educación de nivel y una alta calidad de vida se unen
a las facilidades para contratar, la alta movilidad de los trabajadores, una
gran capacidad de innovación, unos sueldos muy competitivos y una fiscalidad
atractiva.El resultado es el cóctel perfecto para retener y atraer a los
mejores cerebros del mundo.
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