Sé el empleado que las empresas están buscando
Si bien las habilidades cambian según el sector, hay ciertas competencias exigibles a cualquier profesional
Las
competencias laborales son un conjunto de destrezas, conocimientos y
actitudes a las tareas exigidas de la profesión. Las mejores empresas
buscan actualmente profesionales que tengan estas cualidades, y no sólo
el conocimiento teórico que les entrega su carrera o según qué
experiencia profesional previa.
“En el proceso de postulación a
vacantes de empleo es muy importante que cada profesional tenga claro
cuáles son sus habilidades, de tal manera que logre destacarlas en el
momento de la entrevista laboral y demuestre por qué es el mejor
candidato”, señala Margarita Chico, directora Corporativa de
Comunicación de Trabajando.com.
Debido a que el perfil del empleado ha cambiado, las cualidades que se
solicitan hoy también han ido modificándose. Las cinco consideradas más
relevantes son:
Autoconfianza: consiste en la seguridad en uno mismo. Las
personas que tienen autoconfianza son atrevidas, no les importa el qué
dirán y poseen la capacidad de sobreponerse. Está muy relacionado con la
autoeficacia y la autoestima.
Creatividad: es la capacidad de inventar, crear nuevas ideas y
ver la realidad de otra manera. Nos sirve también para innovar, y es una
cualidad que en el trabajo permite encontrar soluciones alternativas a
los problemas cotidianos.
Empatía: es la capacidad de percibir lo que los compañeros del
trabajo puedan sentir. Se trata de la comprensión interpersonal, una
habilidad imprescindible en un equipo de trabajo, pues permite tomar
decisiones pensando en las consecuencias personales que puede tener
éstas en los compañeros y subordinados.
Tolerancia a la frustración: es la habilidad para tolerar la molestia. Quienes poseen esta cualidad suelen ser personas flexibles, racionales y pacientes.
Flexibilidad: es la destreza de adaptarse a los cambios,
distintos entornos, circunstancias y personas. Quien es flexible posee
capacidad de renovación continua y una mente abierta.
Además, también se tiene en cuenta la destreza para comunicar, porque
los buenos comunicadores tienen la destreza para entender y hacerse
entender; el trabajo en equipo, una cualidad tradicional, fundamental, y
que sigue muy bien valorada; y la iniciativa, la capacidad de asumir
tareas sin que sean directamente asignadas por un superior.
En cierta medida todos contamos con estas habilidades que sirven para
desenvolverse en el trabajo, para potenciarlas es primordial conocernos a
nosotros mismos y saber cuáles son nuestras fortalezas, así como
nuestras carencias y límites.
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