La Comisión
Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles considera
que, para hacer que los españoles seamos más productivos en el trabajo,
es preciso adoptar medidas valientes e imaginativas que permitan
conseguir una mayor eficiencia de nuestras empresas y, por tanto, de sus
ejecutivos y de sus trabajadores.
Para dicha Comisión, necesitamos que nuestros sistemas de trabajo
evolucionen rápidamente hacia unos objetivos de mayor productividad y
calidad, y para ello es necesario: aplicar estrategias de motivación,
estimular un pensamiento positivo frente a la adversidad, buscar
fórmulas que incrementen el rendimiento de los trabajadores o liberar la
mente de estrés para trabajar mejor.
Estas medidas pasan, invariablemente, por llevar a cabo reformas
estructurales que den un mayor valor al tiempo y un cambio sustancial en
nuestros horarios, haciéndolos más racionales, flexibles y humanos, y
acercándolos a los de otros países europeos.
En virtud de todo ello, la Comisión Nacional propone diez actitudes
para que los empresarios y los trabajadores pongan en práctica en sus
instituciones y mejoren así su rendimiento y, por tanto, su
productividad:
1. Dirigir por objetivos. A los empleados hay que
valorarlos por los resultados. Medirlos por objetivos concretos,
recompensando a los más eficaces y reconduciendo a los que no lo son.
2. Promover el talento. El talento no sólo se busca
en el proceso de selección, también se desarrolla dentro de la empresa
y, después, hay que mantenerlo. Para ello no sólo hay que evitar que los
trabajadores más preparados se vayan a otra empresa, sino que hay que
tener siempre presente que un trabajador descontento reduce
considerablemente la potencialidad de su talento. No olvidemos que del
talento depende el éxito.
3. Motivar a los trabajadores. Estimularles,
inspirarles, fomentar que tengan iniciativas propias dando libertad a la
creatividad. La empresa y el trabajador han de formar un todo. Se hace
necesario potenciar las medidas de conciliación y flexibilidad para
elevar su motivación; rinden más cuando ganan tiempo para su vida
privada y cuando se les concede mayor capacidad de decisión y
responsabilidad.
4. Pensar en positivo. Las situaciones de crisis,
aunque parece mentira, son siempre una oportunidad para mejorar. La
racionalización de los horarios españoles, normalizándolos con los de
demás países de la Unión Europea, traerá indudables beneficios de
motivación para los trabajadores y trabajadoras que nos pueden dar la
oportunidad de avanzar en la mejora de nuestro sistema productivo,
haciéndolo definitivamente más competitivo.
5. Adaptarse a la realidad. Si no queremos trabajar a
ciegas, hay que estimular a los directivos para que proporcionen
directrices, saber qué esperan de uno y qué condiciones del negocio han
cambiado para adaptarse.
6. Trabajar en equipo. Es preciso luchar juntos, unir fuerzas para salir adelante.
7. Ir tarea por tarea. Para mejorar la calidad de
nuestro trabajo, es recomendable apuntar todas las tareas para vaciar la
mente de estrés; y concentrarse en ellas una a una, abordándolas de
principio a fin y tachándolas una vez las hayamos realizado. Si así lo
hacemos ganaremos en perspectiva y en control de nuestro propio tiempo.
Intentar hacer todo a la vez no funciona.
8. Protegerse del mail y del móvil. Para gestionar
bien el día a día en nuestro trabajo, hay que saber organizar las
agendas y eliminar, por ejemplo, las reuniones, actos, y viajes que sean
prescindibles. También debemos defendernos del mail y del móvil; es
importante planificar espacios en los que se cierra el correo y se hace
el trabajo concentrado y sereno. Mirar cada cinco minutos si entra algo
sólo sirve para distraerse y estar tenso.
9. Organizar mejor la jornada. Para empezar, hay que
ser puntuales. En Europa y Estados Unidos suelen empezar la jornada a
las ocho y dedicar media hora a comer; en España hasta pasadas las nueve
no arrancamos, hacemos descanso para el café y almuerzos de dos horas, y
la carga de trabajo entre la mañana y la tarde está descompensada. Todo
ello es malo para la productividad, y por lo tanto para salir de la
crisis.
10. Reunirse con efectividad. Las reuniones deben
ser más cortas e involucrar a menos personas; celebrarse por la mañana o
a primeras horas de la tarde; prepararlas con antelación y que no se
conviertan en discusiones inútiles sobre asuntos de poca importancia.
Igual que se fija una hora de comienzo hay que fijar también hora de
finalización, y cumplirlas con un orden del día claro y anticipado.
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