David Asensio | El principio de un comienzo
Nunca olvidaré ese verano en una playa
mediterránea. Tenía 7 años. Era el heladero que teníamos debajo de
nuestro apartamento. Él fue el responsable de que mi vida cambiara para
siempre.
Siempre que me veía sabía qué tipo de
helado quería. Helado de vainilla con sirope de chocolate. Como me
relamía los dedos. Qué bueno estaba.
Pero llegó el día en que mi vida cambió.
Bajé como todas tardes después de comer, a por helados para la familia.
Pero en vez de bajar con ilusión, motivado, me sentía triste. No me
acuerdo porque había sido. Seguramente alguna pelea con mi hermana
pequeña.
Mark, como se llamaba el heladero, me dijo: “Hoy
David, le voy a echar un nuevo ingrediente nuevo y especial a tu
helado. Solamente al tuyo. Se llama Geluk. Cuando lo pruebes, notes su
sabor y sus consecuencias en ti , en tu paladar, me dices que te parece,
¿vale?. Eso sí, no te voy a decir qué es”. Todavía me acuerdo de
estas palabras como si hubieran sido hace 2 minutos. Me dio mi helado,
lo probé con el nuevo ingrediente. ¿Qué era? No lo sabía.
A día de hoy, sé que no era nada nuevo,
pero se me olvido todo. Mi estado de ánimo había pasado de tristeza,
desolación y lloros, por alegría, entusiasmo e ilusión ante el nuevo
ingrediente que estaba probando.
“David, cada vez que tú ilusión, energías se hayan marchado, llena de tu vida de Geluk”
Me dijo mientras me comía el helado en una silla delante de su
mostrador. “¿Pero qué ingrediente es? No me lo has dicho”. Le repetía
una y otra vez, ante mi incapacidad de descubrir de que se trataba.
“Tú di Geluk y ya estarás espolvoreándolo en tu vida”.
Es lo único que me dijo después. No sabía que significaba, ni que
quería decirme, pero en cada ocasión que tenía la misma sensación que
ese primer día, decía Geluk y mi rostro se transformaba. Era feliz.
Solamente era una palabra, pero que poder tenía en mí. Siempre que me encontraba mal la decía y mi rostro se transformaba.
El primer desengaño amoroso, el 1
fracaso en el mundo laboral,.. Siempre cuando sucedía algo que no estaba
previsto, me venía a la mente, la palabra que Mark me dijo aquel mes de
Julio. Pero no solo en los malos momentos, sino también en los
positivos.
Cuando me enfrentaba a un reto, cuando
estaba con la chica que me gustaba, o cuando estaba ilusionado con el
trabajo o personalmente, siempre estaba Geluk en mi vida. No sabía que
significaba, pero si el poder que tenía sobre mí. Con el paso del
tiempo, les iba contando a mis amigos y familiares, lo que suponía para
mi, Geluk y lo que había supuesto para mí en todos los aspectos de mi
vida.
Se reían, pensaban que era una tontería
de la niñez. Pero me he dado cuenta que esa palabra tenía un gran poder,
en mi y en todas las personas que la habían conocido. Geluk provocaba
que mi estado de ilusión, motivación, de superación fuese algo siempre
interno y que no dependiera del exterior nunca.
Si mi estado de ánimo, en algún momento
dependía del exterior, se transformaba en algo interior, trayendo a mi
mente la palabra poderosa. Ya sentía que ese Geluk, tenía un poder de
transformar estados de ánimos, de ser una gasolina que me había
conseguir cosas que en esos momentos pensaba que eran imposibles. Una
simple palabra, que me ha llevado con el paso del tiempo, a un cambio de
paradigma, diferente al que predomina en la sociedad actual.
Siempre me encontraba más a gusto
viviendo en el presente, aunque muchas de las circunstancias exteriores
que vivían, no fueran muy alentadoras. Solamente en el presente es
cuando he podido preguntarme, escucharme, observarme, cosas que si
hubiera tenido la mente en el futuro o en el pasado, no me hubiera sido
posible.
Geluk me hacía tener más confianza en mí
mismo, en mis posibilidades, en momentos en los que era mejor una
retirada a tiempo. Geluk me ha hecho encontrarle sentido al sufrimiento.
Si, es así. Todo sufrimiento me ha
llevado a verle su lado positivo. Su por qué. Toda caída me ha llevado, a
alcanzar el éxito más rápido que si hubiera seguido la misma acción, la
misma rutina. Geluk solo me proporcionaba beneficios. No era una simple
tontería de niñez, al menos para mí.
Vivía sin miedo ante los retos que me
enfrentaba. Lo hacía con optimismo. Sentía que tenía que emprender esos
retos, unos queridos y otros no. De todos ellos, he ido sacando
aprendizajes y experiencias. Geluk era y es parte de mi vida.
Me hacía y hace estar bien conmigo
mismo. Geluk me ha hecho florecer de mi cosas que desconocía. Como el
escribir, ayudar a los demás o hablar en público, cosas que jamás pensé
que podría hacer. Pero mi gasolina, mi palabra me ha hecho conocer esos
talentos.
Actividad que realizaba, que tenían por
misión ayudar a los demás y estaba presente Geluk, siempre me encontraba
alegre, motivado, confiado… como tú quieras llamarlo. Pero no solo en
el ambiente personal, sino también en el profesional.
Allá donde iba quería que el ambiente
fuera creativo, de colaboración, de confianza, de apoyo y aliento. Y
siempre estaba presente Geluk.
La felicidad es la única manera, el
único estado en el que la persona puede conseguir cualquier cosa que se
proponga, como he comprobado. En todo momento y más en estos que
vivimos, es la única manera y medio para realizar cualquier cambio.
He llevado y transportado la filosofía
que he ido viviendo a lo largo de mi vida y sintiendo con Geluk, con
medios el blog y mi proyecto empresarial.
Hace unos meses, volvimos de fin de
semana al lugar dónde pasábamos el verano. Allí seguía mark. Le conté
que nunca me había olvidado de esa frase de aquel día. De ese
ingrediente especial y lo que había supuesto en mi vida. Le pregunté que
era esa palabra y me contesto: “Es algo que tenías dentro de ti, algo que dependiendo de ti, ha hecho que la vida tomara una vertiente u otra”.
Creo que le respondí con la misma cara
que cuando tenía 7 años. Quería saber su significado. La verdad que me
llevaría un buen chasco si hubiera basado mi vida en una traducción como
coche, o árbol. No podía más. “David, significa en holandés, Felicidad”. Me lo dijo en medio de un abrazo cuando nos estábamos despidiendo. “Eras ya feliz, yo solo te lo hice recordar siempre y en todo momento”.
El había dejado un legado en mí y desde
ese día nació Grupo Lighting People. Con esa misión, la de recordara a
cada uno de nosotros, que ya somos felices, que no hace falta nada más,
que no hace falta las mejores posesiones. La felicidad es un estado de
ánimo, y nosotros somos dueños sobre nuestras emociones.
Como bien se dice en la película Bitelchus, si dices 3 veces Geluk aparece delante de ti, la dejas asomarse a tu vida.
Un cambio de paradigma, de ambientes en
el trabajo que provoca cambios extraordinarios. Un cambio que no hay que
buscar en métodos extravagantes, sino en métodos simples, en preguntas
transcendentales. Un estado de ánimo que está dentro de cada uno de
nosotros.
Geluk a todos.
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