lunes, 15 de noviembre de 2010

Honestidad o fraude: Las mentiras arriesgadas en la búsqueda de trabajo

Mentir en el curriculo no es sólo cosa de jóvenes que buscan su primer empleo. Este embellecimiento o falseo de las referencias laborales es también un pecado de altos directivos. Y en un entorno laboral como el que vivimos, a la exageración también se suma el desinflar la trayectoria profesional en un desesperado intento por conseguir un empleo.

'The Wall Street Journal' relataba recientemente el caso de George O'Leary, entrenador de fútbol del equipo de Notre Dame, que fue obligado a renunciar a su cargo cinco días después de ser contratado al hacerse pública la verdad sobre sus supuestas habilidades, capacidades y background académico y deportivo, o el de toda una decana de admisiones del MIT, Marilee Jones, que renunció al descubrirse que no era realmente quien decía su currículo.
James Minder, presidente del fabricante de armas 'Smith & Wesson', ocultó en su currículo una estancia en prisión en la década de 1950, y el CEO de Bausch & Lomb, Ronald Zarrella, provocó un escándalo al descubrirse que nunca había cursado un MBA, a pesar de lo cual la compañía le permitió seguir en su puesto. No todas las empresas actúan de la misma forma ante este tipo de faltas.
En algunos casos, la mentira ha llegado a ser amplificada por las características del propio puesto de trabajo. Es el caso de Robert Irvine, chef estrella del canal de televisión por cable 'Food Network', quien perdió su empleo y probablemente su prestigio cuando se descubrió que nunca había cocinado para Ronald Reagan ni para George Bush (padre) en la Casa Blanca. Las referencias aportadas por la Familia Real británica terminaron de hundirle: no era Sir, ni repostero de la reina, ni dueño de un castillo regalado por Isabel II… Mentiras arriesgadas.
A la vista de estos y otros casos Jennifer DeLoach, vicepresidenta de Kroll, una consultora especializada en gestión del riesgo, asegura a 'The Wall Street Journal' que "el actual clima laboral que vivimos es especialmente propicio para el fraude en los currículos". Los expertos confirman que en tiempos de paro e incertidumbre, quienes buscan trabajo sienten una mayor tentación de mentir. Las referencias, junto con la documentación que se solicita son los principales mecanismos de control en un escenario en el que se suele mentir más en los perfiles menos cualificados y en el que lo más habitual, además de en idiomas, es faltar a la verdad en experiencia y funciones desarrolladas.
La manipulación del currículo entre aquellos que optan a trabajos menos cualificados se refiere principalmente a experiencias que no se han realizado, mientras que los más cualificados faltan a la verdad en funciones y responsabilidades, básicamente.
El conocimiento de idiomas es el engaño típico, y para verificar estos conocimientos se suelen hacer pruebas de nivel. Antes de la comprobación algunos candidatos confiesan que no saben tanto como decían. Y la entrevista inicial supone un filtro para comprobar hacia qué trabajo se orienta al candidato. Las empresas exigen determinados estudios al pedir el título correspondiente, y muchos candidatos se retiran por su cuenta del proceso.
Exagerar y falsear la vida laboral –por exceso o por defecto– es una costumbre que frecuentan los jóvenes inexpertos que buscan empleo, pero también es un pecado de los altos ejecutivos. Lo curioso es que la crisis lleva a un efecto contrario al habitual: hay quien desinfla su trayectoria laboral para acceder a empleos para los que, con su verdadera experiencia y formación, nunca serían contratados. Estamos en un escenario en el que se exageran los currículos, pero también se da, en el caso de altos directivos, el desinflar la trayectoria profesional.
Gabriel Giordano, profesor del IESE, explica que un 40% de los currículos que reciben las empresas contiene datos erróneos, o que no son verdad. Y en mercados como el estadounidense, el 'Screening Index' que analiza datos de 2009 revela que casi la mitad (un 46%) de las referencias sobre empleo, educación y formación de los candidatos dan motivo para discrepancias por parte de los posibles empleadores.
Si usted ha sido despedido de su anterior trabajo y ha omitido ese pequeño detalle en sus referencias, prepárese para discutir ese asunto en la entrevista, si es que el tema sale a colación.
Si es mayor de 45 años, céntrese en su experiencia relevante, en sus logros, habilidades y cualificación que pueden posicionarle en el nuevo rol.
Si está buscando un nuevo empleo que le proporcione un sueldo más alto, los expertos recomiendan no expresar de forma demasiado clara los requerimientos sobre el salario ni inflar exageradamente la última retribución percibida. En tiempos de crisis también se rebajan las retribuciones y las responsabilidades ('soy responsable de administración' en vez de decir 'soy director financiero').

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