viernes, 21 de septiembre de 2018

El 47% de los empleos actuales desaparecerán en los próximos 25 años

En los próximos años desaparecerán algunos trabajos tradicionales como los cajeros y los agentes de viajes por la irrupción de robots y las nuevas tecnologías, y surgirán otros ligados al mundo digital.

Según el informe The future of employment, realizado por los profesores de la Universidad de Oxford Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, el 47% del empleo total está en situación de alto riesgo, "ya que muchas de sus ocupaciones son susceptibles de ser automatizadas en una o dos décadas". En una primera fase, la mayoría de los trabajadores del sector del transporte y de la logística, así como los administrativos y, en general, todos los relacionados con la oficina, y los vinculados a los procesos de fabricación y producción, "son susceptibles de ser sustituidos por el capital informático".

Cajeros, asesores fiscales y arquitectos, fuera

Lo que no esperábamos es que, como señala el informe, una parte importante del empleo en servicios, ventas y ocupaciones de la construcción también cuente con una elevada probabilidad de ser informatizado. El mercado de robots de servicios personales y domésticos ya está creciendo un 20% anual y en la medida en que se vayan mejorando las prestaciones de los ingenios mecánicos, disminuirá la ventaja comparativa del trabajo humano. En segundo lugar, aun cuando la actividad comercial requiera de un grado evidente de presencia personal y de inteligencia social, algunas de sus áreas, como los cajeros, los empleados de mostrador y los teleoperadores de marketing verán cómo el número de sus puestos de trabajo desciende sensiblemente. En tercer lugar, la prefabricación transformará las obras de construcción, lo que terminará por reducir sustancialmente la mano de obra empleada.
La mecanización y la informatización no pueden cesar. No puedes volver a meter al genio en la botella
Para ser claros, la mecanización siempre nos ha costado empleos. El telar mecánico por ejemplo puso a tejedores fuera del negocio. Pero también ha creado trabajos. Los mecánicos tenían que mantener las máquinas en marcha, los maquinistas tenían que hacer partes para ellos, y los trabajadores tenían que atenderlos, y así sucesivamente. Muchas veces aquellos en una profesión podrían pivotar a otro. A comienzos del siglo XX, por ejemplo, los automóviles estaban sacando a los herreros del negocio. ¿Quién necesitaba herraduras? Pero pronto se volvieron mecánicos.

La mecanización y la informatización no pueden cesar. No puedes volver a meter al genio en la botella. Y todo el mundo debe tenerlo, eventualmente. La mentalidad es la siguiente: otros países usarían esa tecnología para obtener una ventaja competitiva y, por lo tanto, debemos adoptarla. Eventualmente, nuevas startups tecnológicas y otros negocios podrían absorber a aquellos que han sido desplazados. Pero el ritmo es seguro que se moverá demasiado despacio para evitar una catástrofe importante.

Subempleo masivo

"La buena noticia es que los trabajos que requieren creatividad, inteligencia social y un alto nivel de complejidad o destreza no corren gran peligro", advierte el ingeniero y matemático Michael Osborne. "En algunas profesiones, la automatización forzará grandes cambios, pero no tiene por qué suponer la destrucción masiva de empleos".

"La gran pregunta es: ¿Hasta dónde llegarán las máquinas?", advierte finalmente Andy Haldane, desde la atalaya del Banco de Inglaterra. "Hay una gran posibilidad de que el espacio reservado a las habilidades humanas siga encogiéndose aún más. Si esta visión fructifica, por futurista que pueda parecer, existirá el riesgo de un desempleo o un subempleo masivo, y un ensanchamiento de la brecha de salarios, entre los que ocupan posiciones altamente especializadas y el resto de la población".


jueves, 20 de septiembre de 2018

El perfeccionismo no para de crecer, y no siempre es bueno

Según la Organización Mundial de la Salud, un número récord de jóvenes en todo el mundo sufren de depresión o trastornos de ansiedad. En algunas capas de la sociedad, existe una tendencia a menospreciar esta tendencia como el producto de una "generación de copos de nieve" excesivamente mimada, con demasiados títulos y demasiado sensible.

Por el contrario, aparecen unos indicios crecientes de que el incremento de la mala salud psicológica de los jóvenes puede deberse a los estándares excesivos que tienen para sí mismos y al duro autocastigo que habitualmente se establecen. Cada vez más, los jóvenes albergan ideales irracionales, que se manifiestan en expectativas poco realistas para su rendimiento académico y profesional, qué aspecto deberían tener y qué propiedades deberían poseer. Parece que interiorizan un destacado mito contemporáneo de que las cosas, incluidos ellos mismos, deberían ser perfectas.

Sin embargo, la perfección es un objetivo imposible. Aquellos que se preocupan por ser perfectos están destinados inevitablemente al fracaso y a la turbulencia psicológica. Se obsesionan con ganar la aprobación de los demás y demostrar lo que valen a través de un rendimiento impecable tras otro. Rumian crónicamente sobre sus imperfecciones, le dan vueltas sobre lo que podría haber sido o debería de haber sido, y experimentan una apreciable ansiedad e incluso vergüenza y culpa sobre sus aparentes carencias y falta de mérito.

La idea de que el perfeccionismo podría estar detrás del reciente incremento de enfermedades mentales graves fue lo que impulsó nuestra última investigación publicada en Psychological Bulletin. Queríamos responder a una pregunta básica, pero importante: ¿está aumentando el perfeccionismo entre los estudiantes universitarios estadounidenses, canadienses y británicos?

Para responderlo, hemos evaluado los cambios generacionales en las respuestas de los estudiantes universitarios a la Escala Multidimensional del Perfeccionismo desde 1989 hasta 2016. Esta escala fue desarrollada por los principales psicólogos en el área del perfeccionismo, Paul Hewitt y Gordon Flett, y mide el perfeccionismo auto orientado (expectativas personales excesivamente altas), perfeccionismo prescrito socialmente (expectativas sociales excesivamente altas) y perfeccionismo orientado a otros (expectativas excesivamente altas de los demás). Como los universitarios tienen aproximadamente la misma edad, los datos recopilados en diferentes tiempos con el mismo instrumento nos permitieron analizar si estas dimensiones del perfeccionismo cambiaban con el tiempo.

En total, recuperamos datos de 41.641 estudiantes estadounidenses, canadienses y británicos. Nuestros hallazgos respaldaron nuestra hipótesis. Entre 1989 y 2016, los niveles universitarios de perfeccionismo auto orientado, socialmente prescrito y orientado a otros crecieron en cantidades estadísticamente significativas. Las recientes generaciones son más exigentes consigo mismas, perciben que los demás son más exigentes con ellos y ellos mismos también lo son con los demás.

Quizás la tendencia más preocupante documentada en nuestro análisis es la del perfeccionismo prescrito socialmente. Incrementó dos veces más que el índice de perfeccionismo auto orientado y que el de orientado a otros. También es la forma de perfeccionismo que exhibe la asociación más grande de todas las dimensiones con una serie de problemas de salud mental que incluyen ansiedad, depresión, fobia social y pensamientos suicidas. El crecimiento en el perfeccionismo prescrito socialmente genera un escenario convincente para los niveles casi epidémicos de enfermedades mentales graves en los jóvenes.

En términos generales, consideramos que nuestros resultados plantean cuestiones importantes sobre cómo estamos estructurando la sociedad y si su fuerte énfasis en la comparación social, y en la subsiguiente clasificación, selección y ranking, beneficia a los jóvenes. Junto con la investigación que demuestra los efectos destructivos del perfeccionismo en la salud mental, nuestros hallazgos también son un potencial aviso para las escuelas, universidades y empleadores que consideren que gestionar el bienestar de los jóvenes resulta cada vez más importante.

Considerando esto, tenemos algunos consejos para profesores, docentes y gerentes que ayudarían a crear una cultura que contribuya a aliviar el impacto del perfeccionismo. Habrá que tener en cuenta que no somos psicólogos clínicos. Si encuentra a alguien que experimente dificultades de salud mental, o de hecho las sufre usted mismo, debe buscar asistencia de un profesional de la salud mental debidamente capacitado. Nosotros ofrecemos estos consejos con la esperanza de ayudar a aquellos que simplemente buscan llevar mejor el perfeccionismo en sus propias vidas o asesorar o enseñar a otros que luchan contra la presión de ser perfectos.

El fracaso no es una debilidad
La energía que se encuentra detrás del perfeccionismo proviene en gran medida del deseo de evitar el fracaso. Cuando se enfrenta a un examen importante, un plazo crucial o una presentación de trabajo, un perfeccionista ve cada oportunidad principalmente como una posibilidad de fracasar. Este miedo lo generan sus normas excesivas y su deseo de hacer las cosas bien. Temen que, si no lo hacen a la perfección, se revele alguna debilidad interna o fragilidad. Es por eso que aquellos con mayor nivel de perfeccionismo generalmente experimentan más estrés en su vida diaria. Éste puede provocar otros problemas de salud mental y física.

Cuando los estudiantes o los trabajadores parecen estresados ​​por una oportunidad amenazante, hay que ayudarles a cambiar su foco de las desastrosas posibilidades de lo que podría salir mal hacia qué podrían aprender de ello. Recalibrar sus metas hacia abajo y trabajar con ellos para ver los acontecimientos estresantes como posibilidades para desarrollarse.

¿Y si fracasan? Las personas con niveles más altos de perfeccionismo generalmente serán ambiciosas, trabajadoras y diligentes. Un poco de compasión y apoyo cuando las cosas no van bien ayudará a mantenerlos así.

Hay metas más saludables que la perfección
Al adoptar estándares excesivamente elevados, aquellos con niveles más altos de perfeccionismo se preparan para el fracaso y eso daña su autoestima. Probablemente estas personas necesiten ayuda para reconocer lo que se puede lograr de manera realista y requieren orientación para establecer los objetivos adecuados. Hay que abogar por la perseverancia, la flexibilidad y la diligencia porque son cualidades deseables y no vienen con los miedos que siguen a la búsqueda de la perfección. A veces es necesaria la meticulosidad, y esto está bien, pero si el objetivo es la perfección y no un objetivo más razonable aparecerá la parálisis.

Trabajo hecho es mejor que perfecto
Los altos objetivos no son los únicos que impiden el éxito de los perfeccionistas, sino también su tendencia a posponer las tareas difíciles. Cuando el fracaso es devastador, se vuelve difícil avanzar en las tareas que conllevan un alto riesgo de fallar. Los perfeccionistas a menudo tienden a posponer las cosas porque no pueden fracasar en las tareas que no han comenzado.

Especialmente cuando se ciernen los plazos, esta parálisis puede ir acompañada de desvelos y melancolía que dañan la salud psicológica. La dilación no es algo que los perfeccionistas presentan voluntariamente, pero este vínculo está respaldado por varias investigaciones. Si es evidente que el miedo a fallar está reteniendo a los estudiantes o empleados, deberían animarlos a dar pequeños pasos y manejables. Empezar es la parte más difícil. Hay que evitar que piensen demasiado. Recordarles sobre las experiencias previas y éxitos podría ayudar. pero ser impaciente, exigente o crítico no lo hará.

El perfeccionismo es un rasgo engañoso. Promete meticulosidad, trabajo arduo y dedicación, pero, aunque puede brindar motivación y rendimiento, también da problemas de salud mental. Nuestra investigación indica que el perfeccionismo está aumentando. Se espera que la frecuencia de estos problemas haga lo mismo.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

¿Qué es el team building y cómo ayuda a la productividad de las empresas?

De un tiempo a esta parte, cada vez son más las empresas que destinan parte de su tiempo y presupuesto al denominado "team building", una práctica que mejora la productividad y la actitud de un equipo de trabajo.

actividades de team building para mejorar la productividad empresarial

Se trata de organizar actividades para fomentar el trabajo en equipo y la cohesión entre los trabajadores con el objetivo de mejorar la coordinación entre ellos y la relación con la empresa.


Este tipo de reuniones y eventos se organizan generalmente fuera de los horarios laborales para transmitir la sensación de tratarse de jornadas de ocio y tiempo libre compartidas con los compañeros. De esta forma no sólo no se pierden horas de trabajo sino que se incentiva a los empleados con actividades de ocio originales que, muy probablemente, ellos no practicarían en su vida personal.



Qué esperar de las actividades del team building

Los objetivos del team building se centran en la mejora de la comunicación personal entre los trabajadores, fomentar una actitud positiva entre ellos y para con la organización y, especialmente, incrementar el sentimiento de pertenencia a la empresa así como potenciar determinados rasgos de liderazgo entre algunos de los miembros participantes como el feedback y la capacidad de coordinar y escuchar.
Los buenos resultados conseguidos por importantes corporaciones gracias a la organización continuada de estas reuniones de trabajo en equipo, son los responsables de que actualmente las sesiones de team building sean una dinámica común entre las empresas que buscan mejorar la productividad de sus empleados a través de la motivación y la cohesión grupal para conseguir que a raíz de estas prácticas sean capaces de trabajar juntos de un modo mucho más efectivo y eficiente.

En este tipo de reuniones se trabajan características importantes para que un grupo funcione y esté organizado mediante la autoevaluación de cada uno de los participantes, la confianza en el equipo y el compañerismo además de fomentar el crecimiento personal y profesional a través de la demostración de la valía individual dentro de los trabajos en equipo.

Se trata normalmente de competiciones ficticias entre diferentes grupos de empleados para conseguir que el trabajo en equipo y la coordinación entre los miembros para realizar las actividades marcadas conociéndose mejor e interrelacionándose entre ellos con el objetivo de convertirse en el “equipo ganador” del evento.    

Aunque existen todo tipo de actividades de team building muchas de ellas no competitivas: comidas de empresa, viajes en grupo, actividades deportivas, asistencia a eventos interesantes y motivadores, exposiciones de temas en jornadas colectivas, etc.


Team Building deportivo, las actividades más demandadas

El team building se centra siempre en actividades lúdicas que, como comentábamos, pueden centrarse en todo tipo de temáticas. Sin embargo, las más demandadas por las empresas son aquellas relacionadas con algún tipo de deporte.

Y es que precisamente la idea del team building proviene del espíritu deportivo y la filosofía de trabajo en grupo tradicional de deportes de equipo. Los deportistas tienen que aprender a confiar en sus compañeros y asumir su rol dentro del equipo para aportar todo lo que puedan y conseguir entre todos ganar, y esto traducido al mundo empresarial se centra en la mejora de la gestión y la productividad para incrementar los beneficios: conseguir el éxito

Así, la filosofía de deportes como el remo, el senderismo o escalada, o algunos más comunes como el fútbol y otros deportes de estrategia, ayudan a que los participantes formen parte de una estrategia común para lograr su objetivo.

La defensa y protección del equipo y demostrar su valía individual se hacen también evidentes en algunos como, los muy de moda desde hace años, paintball o las carreras de karts. Deportes que además de ser activos y mantener al equipo en buena forma física son diferentes y los empleados no suelen practicarlos a menudo por lo que convierte el team building en unas jornadas de lo más originales.

Así lo aseguran los responsables del Kartc Sainz, que llevan organizando eventos de team building para empresas desde hace más de 10 años.

Las empresas que dediquen tiempo a la puesta en marcha de este tipo de jornadas estarán reforzando los “tres pilares básicos para fomentar el trabajo en equipo entre los trabajadores: motivación, equipo, experiencias”.

Las actividades deportivas al aire libre, originales y con cierta adrenalina de por medio, están entre las preferidas por las empresas para practicar team building y acercarse a sus empleados de una forma diferente.

Y vosotros, ¿qué tipo de team building creéis que es más efectivo?



Workmeter

 





martes, 18 de septiembre de 2018

6 habilidades a desarrollar para ser el mejor office manager

No es un secreto: en el mundo competitivo de hoy en día, las personas lo son todo para las empresas. Por eso, estas trabajan con empeño para atraer y retener a los mejores talentos que contribuyan al éxito del negocio. El trabajo de office se ha convertido en una pieza clave para el funcionamiento de la empresa, por eso para este puesto también son deseables ciertas aptitudes.

El puesto del office manager tiene una labor muy importante: asegurarse del buen funcionamiento de la oficina y ayudar a sus compañeros para que puedan trabajar a gusto. Es un perfil muy humano, de trato con las personas, de servicio a los demás… por eso, se valoran en gran medida determinadas aptitudes por encima de la formación o la experiencia.

Trabajo de office: ¿qué habilidades son necesarias?

Para encajar dentro de este perfil y conseguir un empleo de administración en una empresa, estas son algunas de las aptitudes más valoradas:
  1. Capacidad de adaptación

El office manager tiene que ser capaz de manejar cualquier circunstancia y encontrar soluciones rápidas. Para este perfil, no existe un “día típico” porque cada jornada será diferente: de pronto estarás organizando una sala para una reunión importante y después respondiendo al teléfono de la empresa. Es la cara visible de la empresa interna y externamente. Tiene que poder adaptarse a todas los problemas que ocurran.
  1. Organización impecable

Para tener éxito en el trabajo de office es indispensable ser una persona extremadamente organizada y ser capaz de hacer un seguimiento de cada tarea abierta. Y es que, al estar pendiente de tantas cosas, es fácil que algo se te quede olvidado. Lleva un orden y preocúpate siempre de que todo se haga en tiempo y forma. Como comentábamos antes, siempre puede surgir alguna cosa de forma inesperada que puede desorganizar todo el trabajo. Hay que tener esto en cuenta y tener organizados hasta los imprevistos.
  1. Accesibilidad y Confianza en uno mismo

Un office manager ha de ser una persona accesible. El equipo debe sentirse cómodo acudiendo a ti para resolver sus problemas, sabiendo que pueden contar contigo para lo que sea. Es importante que seas una persona segura y decidida para ganarte el respeto de directivos y compañeros. Esta confianza te ayudará a hacer valer tu opinión, saber decir que “no” y atreverte a proponer soluciones.
  1. Buen comunicador e inteligencia emocional

En los empleos de administración es muy útil ser un buen comunicador ya que estarás en contacto constante con los miembros del equipo, personas externas, proveedores… Serás, en muchas ocasiones, el rostro visible de la empresa. Tener la facilidad para hablar y adaptarte a todo tipo de personalidad es vital para el trabajo de office manager. Puedes encontrarte con proveedores enfadados a quienes calmar o con trabajadores estresados con los que lidiar. Tienes que saber manejar todas las situaciones y unas dotes comunicativas excelentes te abrirá muchas puertas. Al tratar con tantas personas diferentes entre sí, deberás aplicar la inteligencia emocional para saber cómo actuar con cada una de ellas.
  1. Creatividad

La creatividad te ayudará en muchos aspectos de tu trabajo. Te vendrá bien para resolver problemas, sorprender a tu equipo, organizar eventos… Trata de pensar de forma diferente y busca, en la medida de lo posible, ideas que no hayas aplicado antes. Una de los principales problemas que pueden surgir son debido a la monotonía. Pensar diferente te ayudará a que este problema afecte menos a la empresa.
  1. Anticipación

Ser proactivo y anticiparse te hará destacar como office manager. Para ello, tendrás que tener los ojos bien abiertos y la mente despierta para detectar posibles necesidades futuras. Unido a la capaz organizativa, este es uno de los puntos más importantes. “Organizar los problemas”, como decíamos antes, es una de las claves para ser la mejor en el trabajo de administración. Hay que saber leer los problemas antes de que estos ocurran. 


Estos seis aspectos contribuirán a que tu trabajo de office sea impecable y te conviertas en un profesional altamente valorado. La ventaja es que para desarrollar cualquiera de estas actitudes no tendrás que hacer ningún curso o máster, podrás trabajarlas tú mismo en tu día a día.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Por qué nos obsesionamos con los horarios

Una de las 'serpientes' de este verano ha sido el proyecto europeo de acabar con el cambio de horario de invierno. El éxito de esta propuesta es proporcional a las consecuencias de una rancia cultura 'presentista' en el ámbito laboral. Los cambios deberían ser mucho más profundos. 


Millones de ciudadanos han dicho que ya no quieren seguir cambiando los relojes, y la Comisión Europea hará lo que piden"... Jean Claude Juncker, presidente de la CE, declaraba esto a finales de agosto, convertido en adalid del cambio de las actuales disposiciones sobre la hora de verano.

Una consulta pública no vinculante en la que han participado 5 millones de europeos deja servido el debate, que promete ser largo, porque todo lo que tiene que ver con los horarios es materia de fácil enredo, sobre todo si se tiene en cuenta que el presentismo es un mal de muchas organizaciones en España, que favorecen la improductividad y permiten refugiarse en tareas rutinarias y fáciles que no aportan nada. El presentismo es un obstáculo para cualquier horario flexible o para la conciliación.

El binomio tiempo y trabajo

Numerosos estudios científicos sostienen que el cambio de hora puede tener efectos negativos para la salud, y otros tantos cuestionan las ventajas para el consumo energético, ya que lo que se pierde por un lado se gana por otro. Tampoco conviene olvidar el impacto en la jornada laboral. Ahí está la mayor fuente de polémica. El cambio horario influye en las sensaciones que nos provoca salir de casa de noche y llegar a la oficina cuando aún no ha amanecido, o en lo que supone disfrutar de más horas de luz al salir del trabajo. Pero también da pie para poner en cuestión ciertas costumbres de la gestión del tiempo, como es el descanso para la comida, con amplias diferencias entre el Norte y el Sur de Europa. Desde los países en los que casi nadie deja de trabajar para comer, pasando por aquellos en los que se acostumbra una pausa breve, hasta los que han institucionalizado la hora de la comida, con una duración mucho mayor. Todo esto influye en la extensión de las jornadas, en los horarios de salida y en la obsesión por quedarse en la oficina más de lo necesario. 

Sin ánimo de dar ideas, esto del cambio -o no cambio- de hora es una perita en dulce para cualquier gobierno que busque temas polémicos que se puedan estirar como el chicle sin necesidad de resolverlos definitivamente. 

Mentar los horarios implica prender una mecha interminable de teorías sobre los nuevos empleos, la conciliación, el teletrabajo, la organización del tiempo y toda una serie de revoluciones sociales y laborales que nunca se pondrán en marcha si no se producen cambios fundamentales y muy profundos.

Más allá del cambio de hora o de ajustar los horarios está la necesidad de abordar y solucionar el dilema que supone el hecho de que tendremos que trabajar más años, en un escenario profesional distinto en lo que se refiere a la relación entre empleados y empleadores, presidido por tendencias laborales que tienen que ver con los nómadas del conocimiento, la rotación en compañías o las diversas fórmulas de trabajo independiente; con sexagenarios y septuagenarios como inevitable solución a una generación de reemplazo que presenta un déficit de formación y cualificación, que no se ajusta a lo que exigen las empresas y los reclutadores.

Las organizaciones serán muy diversas, y en ellas trabajarán y convivirán profesionales de hasta cuatro generaciones diferentes, con cualidades y modelos de actividad distintos.

Salir a las seis

El Gobierno de Mariano Rajoy propuso en su día un pacto nacional por la conciliación y la racionalización de los horarios, con la idea central de que la jornada laboral terminara en España a las seis de la tarde.

Para lograr esta utopía habría que superar situaciones que afectan al equilibrio entre la vida profesional y personal; a la adaptación a nuevos modelos de trabajo y de carrera o a fórmulas de compensación y reconocimiento. Habrá que modificar las organizaciones para adaptar los servicios, los planes de promoción y funcionamiento a las necesidades de quienes puedan salir a las seis de la tarde. Y no todos podrán hacerlo, ya que determinados profesionales se verían obligados a adaptar sus tiempos a la población activa que sale de casa muy temprano y regresa a esa hora idílica de las seis de la tarde. Todo esto implica nuevos modelos de trabajo, menos horas en la oficina, y centrarse en la eficacia, siguiendo las fórmulas de la mentalidad start up.

Un reclamo: trabajar menos

La mentalidad start up ha traído una concepción del trabajo que implica una gestión del tiempo diferente. Trabajar menos es ahora un reclamo que permite captar el talento necesario. Así se ve en nuevos tipos de empresas caracterizadas por la agilidad, los nuevos ritmos de trabajo, la flexibilidad, y una organización horizontal y colaborativa. Todo esto difiere del presentismo o de la multitarea inútil que no aporta valor. Pasar demasiado tiempo en la oficina y centrarse en el estar y no en el hacer influye negativamente en la creatividad y en la capacidad de innovación. Además, la productividad se logra con quien está verdaderamente enganchado, y pasar más horas de las necesarias en el trabajo no es precisamente un factor de motivación.

Cada vez más empresas desarrollan iniciativas que persiguen la felicidad laboral usando el tiempo como moneda de cambio para sus empleados, aunque cualquier iniciativa de autogestión del tiempo sólo puede aplicarse en determinadas funciones y sectores, sobre todo donde sea fácil establecer objetivos claros y sea posible medir los resultados, como es el caso de las empresas en las que se trabajan por proyectos. Algunas organizaciones tienden a mantener el sueldo de sus empleados aunque trabajen un día menos a la semana, con lo que logran un aumento notable en el equilibrio entre la vida personal y la profesional; una motivación más alta; un descenso del absentismo y un incremento de la puntualidad y de la creatividad. 

Un análisis de Randstad elaborado a partir de la Encuesta de Población Activa (EPA) revelaba esta semana que 727.100 trabajadores en España (un 6,4% más que en 2017) quieren reducir su jornada laboral, con la correspondiente disminución de sus ingresos. 

Según un estudio del Melbourne Institute of Applied Economic and Social Research, trabajar más de 25 horas a la semana afecta negativamente a los profesionales de más de 40 años. Y una investigación de Workmeter confirma que sólo pasamos 81 segundos trabajando en una misma actividad, y que destinamos un 14% de nuestra jornada a revisar el correo electrónico y un 61% a reuniones previsibles e inútiles. Y el informe anual Randstad Employer Brand Research 2018 concluye que el equilibrio entre trabajo y vida personal es el segundo factor más importante para desarrollar la carrera en una u otra empresa, sólo superado por el salario.

IG Metall, el mayor sindicato de Alemania, consiguió que sus miembros trabajen 28 horas a la semana durante un máximo de dos años, normalmente cuando tienen niños pequeños. Y en Suecia se mantiene algún experimento que propugna una semana laboral de 30 horas que reduciría el absentismo -como en el caso de la firma de administración de propiedades Perpetual Mutual de Nueva Zelanda- e incrementaría la productividad y mejoraría la salud laboral.