viernes, 11 de febrero de 2011

Trabajar en lo que mejor hacemos

"Miré hacia atrás buscando aquello que hice mejor a lo largo de mis veinte años de carrera profesional, lo encontré y ahora me dedico a ello", comentó hace un mes un alto directivo español. Este profesional resumía en una frase la filosofía de La mejor competencia.

Según Quinn, Dutton & Spreitzer, "si una empresa es capaz de enfocarse y desarrollar las fortalezas de las personas, creará mayor valor y beneficio que si limita sus esfuerzos a identificar sus áreas de mejora y tratar de corregirlas".

Las compañías serán más productivas si nos dedicamos a lo que mejor se nos da. ¿Y es necesario esperar veinte años? Cuanto antes, mejor. ¿Significa esto que podemos aparcar nuestras áreas de mejora? Nunca. Centrarse en las fortalezas no significa abandonar el desarrollo de las áreas de mejora.

En aquellas organizaciones en las que las personas tienen la oportunidad de "hacer lo que hacen mejor", la productividad es 1,5 veces mayor que en el resto de organizaciones. La técnica de La mejor competencia ya ha sido adoptada por varias universidades de la Ivy League estadounidense y por grandes empresas.
Actualmente en las firmas, ¿con qué frecuencia el empleado tiene que desarrollar su competencia clave? Si la respuesta es "nunca" o "a veces", ¿tienen un motivo objetivo y de negocio? ¿Podrían desarrollar la mejor competencia en otras actividades? Analicen las consecuencias de un posible cambio.

Si las empresas invierten tiempo en identificar sus mejores competencias y enfocar sus energías en sus productos o servicios clave, igualmente los individuos deben enfocarse en sus principales fortalezas. Haciendo lo que mejor hacemos, empresas y profesionales seremos más productivos. ¿Y no es necesario?

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