Conciliar es difícil, pero una buena manera de acercarse a la conciliación laboral-personal puede ser mediante el horario flexible en las empresas.
Lo ideal sería que nuestra vida personal y nuestra vida profesional
estuviesen suficientemente equilibradas. Una buena manera de conseguir
esto sería a través del horario flexibley por ejemplo tener: 8 horas para trabajar, 8 horas para cosas personales y por supuesto, 8 horas para descansar.
¿Cuál es el problema? Que todavía muchas empresas y/o empresarios no
se atreven a flexibilizar el puesto de trabajo y por extensión
implantarnuevas políticas laborales como el horario flexible o el
teletrabajo. ¿Quién no ha visto una pantalla cerrarse al pasar el jefe
cerca? Si esa es la confianza que hay entre empleado y trabajador, ¿cómo
nos podemos siquiera plantear reducir las horas de presencia?
Resulta curioso todo esto ya que según un estudio americano, un 78%
de jefes y directivos piensan que una política basada en el horario
flexible ayuda a retener talento y mejora la motivación de los
trabajadores; lo que se traduce en una buena productividad para la
empresa.
Otro estudio enfocado a estudiantes universitarios revela por ejemplo
que el 60% de los estudiantes cree tener derecho a realizar su trabajo de forma remota (teletrabajo) con un horario flexible
basado en la autogestión del tiempo. Por otro lado, el 70% de los
entrevistados piensa que hoy en día acudir a la oficina regularmente a
desempeñar su trabajo es totalmente innecesario; de hecho, uno de cada
cuatro de estos estudiantes piensa que su productividad se incrementar
trabajando desde casa y con su propio equipo informático. No es la
primera vez que un estudio o informe demuestra que la motivación e
implicación de los empleados aumenta con medidas de flexibilidad
horaria.
El problema está en la mentalidad
Los recursos humanos se gestionan casi de la misma forma desde hace
30 años. Y ahí está el problema. Todas estas nuevas medidas
conciliatorias basadas en el horario flexible de las empresas no tienen cabida con esta mentalidad.
El entorno ha cambiando, los medios han cambiado, las herramientas
han cambiado, y esto está produciendo unos efectos que las empresas en
muchas ocasiones no saben cómo gestionar.
Antes se aplicaba el control; hoy se tiene que gestionar la intimidad
del empleado, el horario flexible y los beneficios sociales. Antes se
gestionaba el esfuerzo, y ahora se gestiona el talento. Antes se
gestionaba la industria, y ahora se gestionan personas en oficinas.
Iniciativas como el teletrabajo o el horario flexible, o la retribución
por objetivos en estos nuevos entornos en muchas ocasiones es muy
difícil o casi imposible de implementar.
Datos del Flexímetro 2012
El 'Flexímetro 2012' establece claramente que todas las políticas de
flexibilidad –como el horario flexible- consideradas en el estudio
benefician significativamente el bienestar de los trabajadores bajando
sus niveles de estrés y conflicto trabajo-familia y aumentando su
satisfacción en el trabajo. Además, tras la investigación de dicho
estudio se ha llegado a la conclusión de que todas estas medidas y
políticas son perfectamente aplicables a todas las
organizaciones independientemente de su sector o tamaño.
Así, las empresas deben enfrentarse al reto de incentivar a sus empleados
para mejorar la productividad en un momento en el que los salarios
están a la baja o congelados. Por este motivo, la única opción
factible para retener talento y alcanzar una buena competitividad es
recurrir a medidas que faciliten a sus empleados la conciliación
familiar-laboral; algo que en muchos casos no supone un coste extra para
las empresas.
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