No hacer nada. Ese puede ser un buen modo de implementar la creatividad en nuestros procesos de trabajo. Por raro que parezca esta afirmación tiene base científica. Según Marta Romo,
pedagoga, coach y experta en inteligencia emocional, si dedicamos el
30% de nuestro tiempo a actividades que no tengan que ver con el trabajo
diario vamos a potenciar la creatividad.
La explicación está en nuestra mente. En
una situación con tareas rutinarias el cerebro trabaja con las ondas
beta. Ondas de mucha frecuencia que denotan un estado de alerta,
vigilante. Sin embargo si nos relajamos un poco dejamos espacio para las
ondas alfa. Tienen una frecuencia menor y en ellas es el hemisferio izquierdo el que más rinde. Será entonces cuando surjan las ideas más imaginativas.
Cerebro en forma
Pero no sólo el relax es importante. Marta Romo, experta de Motivación y más, subraya la necesidad de acercarse a una vida saludable, lo que en las culturas anglosajonas denominan wellness. Se trata de armonizar nuestro cuerpo y nuestra mente. Para eso Marta propone la agenda arco
iris, una combinación de actividades diarias que ayudarán a que se
generen todas esas ondas cerebrales imprescindibles para trabajar de
forma eficiente.
Siguiendo por la vía de la neurociencia, y dentro del desayuno organizado por Be Up, Romo expuso la necesidad de saber focalizar
en aquello que ya hacemos bien. De esta manera nuestro cerebro, seguido
del organismo, se configura de una manera potenciadora. Para Pilar
Jericó, también socia de Be Up, esta actitud lleva a que los resultados
en la empresa incluso se tripliquen. Esa gestión de fortalezas,
afirman desde Be Up, se complementa con la indagación apreciativa.
Otra herramienta para sacar a la luz lo mejor de cada uno y fijar los
cimientos para unos mejores resultados que arranca de una mirada hacia
dentro de la propia organización para ver que problemas tiene.
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