viernes, 18 de octubre de 2013

El protocolo del vino

CRISTINA PUIG
 
Estas semanas todos los medio de comunicación han señalado que el S.S el Papa Francisco I se decanta por el vino español en sus misas alrededor de todo el mundo, exactamente de las Bodegas Heras Cordón de La Rioja, los cuales se consideran vinos de alta calidad.

Si nos adentramos en el fantástico mundo de los vinos debemos tener en cuenta varios factores, uno de ellos es que tanto con los vinos blancos como con los tintos, primero se deben servir los ligeros y después los más generosos, así como también se deben servir primero los más jóvenes y después los de mayor edad. Los vinos blancos ligeros sirven con entremeses, primeros platos caldosos, primer plato de arroz y pescados blancos, los blancos con cuerpo con pescados azules, mariscos y salsas; los tintos ligeros o jóvenes con carnes rojas, primer plato de pasta o arroz con carne; rosados con carnes blancas, huevos y quesos tiernos y cremosos y los tintos con cuerpo con quesos curados con carnes rojas y de caza. Con los postres se deben servir vinos dulces o generosos, pero a ser posible evitemos los cavas o champagne, dejémoslos para aperitivos o para después de los cafés. Las copas donde sirvamos dicha bebida espirituosa deben ser incoloras para poder apreciar el color del vino y según el vino escogeremos un formato u otro.

Para servir el vino de una forma adecuada es imprescindible cortar la cápsula por debajo del anillo y retirar esta parte; después debemos limpiar el borde de la botella que ha estado en contacto con la cápsula; sacamos el corcho de madera con cuidado para que no se rompa y no debemos atravesarlo por completo con el sacacorchos. Después limpiaremos el cuello interior de la botella, oleremos el corcho por si tuviera algún defecto y que nos indicará el estado del vino. Siempre lo debemos catar antes de servirlo a nuestros invitados para confirmar  su correcto estado.

En cuanto a la temperatura, ésta debe ser la correcta y adecuada para que el catador disfrute de todos sus encantos. El blanco tiene que estar suficientemente frío (8º - 10ºC) y el tinto a una temperatura más alta (17º-18ºC), aunque si en verano apetece más el vino fresquito que en invierno, está permitido servirlo a 16ºC aproximadamente, y conservarlo con una funda exterior o en una cubitera con agua fría, ya que al servirlo, rápidamente alcanzará su temperatura adecuada.

Hay que tener en cuenta el propio gusto, intentaremos ir acoplando correctamente los vinos con los platos, aunque siempre el gusto está por encima de la norma. También tendremos en cuenta sobre qué nivel de precios nos queremos mover. Para todo ello es esencial que nos traigan la carta de vinos a la vez que la de la comida.

¿Y qué hay sobre las botellas de vino?, nunca las debemos colocar sobre la mesa. Si estamos en un restaurante, el camarero se ocupará de nuestras copas vacías y de servirnos más vino. Si estamos en casa, se colocan en una mesita aparte y el anfitrión será el encargado de ir rellenando las copas.

En cuanto a las denominaciones del vino, seguiremos las siguientes normas establecidas:
-Sin crianza: vinos del año.

-Crianza: 1 año al menos en barrica de roble.
-Reserva: 1 año al menos en barrica de roble y 2 años más en botella.
-Gran reserva: más de 2 años en barrica de roble y 3 más en botella.

Ahora que ya conoces más el protocolo vinícola, ¿hace una copita?


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