miércoles, 22 de enero de 2014

Evolución de los roles directivos

En el siglo XXI y en la era de la información ¿Cómo deben actuar los directivos de hoy para adaptarse a un entorno inestable?

De la máquina de escribir al Ipad, del teléfono fijo al móvil con 3G y pantalla táctil, de la oficina al teletrabajo, de la gerencia de los años 50 a los roles directivos del siglo XXI... en pocas décadas se ha producido un impresionante avance tecnológico que ha cambiado la sociedad, la forma de entender el trabajo y también las relaciones humanas, dentro y fuera de las empresas.

Este post trata sobre los roles directivos. Si te interesa este tema, te recomendamos nuestra guía gratuita Roles directivos: el secreto de los mejores:

Las funciones de la dirección y los roles directivos se han transformado casi por completo. Los modelos han evolucionado y este hecho no hace sino poner de manifiesto con mayor claridad, si cabe, las diferencias entre una época y otra:
  • Entonces, la planificación era la base de la estrategia de cualquier alto directivo. Desde la organización y el control ejercían todo el poder que su rango jerárquico les confería, amparados en la estabilidad del entorno, en un momento donde los cambios se producían de forma lenta y discreta. El largo plazo era la meta para todo plan de negocio y de ahí se derivaban las funciones de estos directivos de la época.
  • Hoy día la clave es el seguimiento. Los cambios son la constante y la vertiginosidad con que evolucionan las circunstancias de mercado no da opción a la planificación al estilo de los años 50. La adaptabilidad es la única vía de supervivencia en un entorno donde los consumidores son cada vez más sofisticados, los usuarios varían sus hábitos a una velocidad sin precedentes y la tecnología es el motor que fomenta estos impulsos. Se puede planificar a largo plazo, sí, pero no de la forma tradicional, sino en base a una revisión continua que permita no perder alineación y detectar desviaciones sin demora.
La configuración del trabajo ha dejado su impronta en la estructura de las organizaciones, que han pasado de la rigidez a la flexibilidad, de la centralización a la descentralización y de la jerarquía vertical a la horizontalidad, ganando en agilidad en pro de la consecución de objetivos y la orientación a resultados. El papel de los directivos en esta era gira en torno a la transmisión de los valores y la visión de la empresa y no tanto en ocuparse de la definición de una estrategia corporativa.

Empresas en plena evolución: casos reales

Los pioneros destacan por su habilidad para detectar tendencias y, en vez de resistirse al cambio, utilizarlo en favor propio. Es el caso de algunas empresas que, de forma destacable, supieron en su momento dar el paso y avanzar en la dirección necesaria, rompiendo con la comodidad y la seguridad de los modelos tradicionales, para apostar por el futuro plasmándolo en su estrategia:
  • Nestlé: Peter Brabeck, ex - presidente de Nestlé, descubrió la importancia de la voz de cliente. Se dio cuenta de que los consumidores iban variando sus gustos y hábitos, por lo que el modelo de negocio debería evolucionar de forma paralela a ellos. Adaptarse a las transformaciones del mercado implica una adaptación de la estrategia envuelta en continuidad, y no entendida como algo puntual. Para lograrlo, en la práctica, la empresa necesitó variar la definición de su modelo de negocio, siendo sus aspectos más significativos el cambio de objetivos (que han pasado de buscar ser líderes mundiales en el campo de la alimentación a la meta actual, que abarca también la nutrición), la responsabilidad social corporativa (que se plantea nuevas metas como la sostenibilidad) y la preocupación por una satisfacción real de los clientes, innovando para aportarles valor a través de sus productos, que colman sus expectativas en cuanto a salud y bienestar personal, dos de las tendencias más marcadas en la sociedad actual.
  • IBM: sus primeros pasos se concentraron en la fabricación de equipos informáticos. Los ordenadores personales fueron la siguiente etapa pero, hoy día, IBM se ha renovado completamente. Su transformación interna ha dado lugar a un cambio radical en su estrategia. Ya no venden productos, ahora ofrecen sus servicios de consultoría, aportando las soluciones que sus clientes necesitan. Su modelo de negocio ha evolucionado desde la raíz.
El siglo XXI está rompiendo esquemas y no puede compararse con el siglo XX. Todo ha cambiado y también las empresas y sus clientes. Una estrategia empresarial de éxito debe empaparse de globalidad, las áreas de negocio tienen que avanzar en la dirección de los clientes y son los roles directivos quienes deben gestionar el cambio y saber adaptarse a las nuevas circunstancias.
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