martes, 18 de noviembre de 2014

Delegando que es gerundio

¿Te gusta que tu jefe confíe en ti? ¿Te gusta asumir nuevos retos? ¿Te gusta progresar en tu carrera? Imagino que la respuesta es siempre sí…. Ahora, piensa en alguien que dependa de ti. ¿Qué crees que contestaría a esas tres preguntas? Probablemente, lo mismo.

Pues entonces, igual que te gusta que deleguen en ti, debes delegar en tus colaboradores. Y entonces, ¿por qué no delegas? Ah, ya sé. Tienes algunas justificaciones: “Mejor lo hago yo mismo” – “No tengo tiempo suficiente para delegar, porque significa enseñar primero al otro”-  “No sé si mis colaboradores serán capaces”- “Resulta más rápido y más eficaz asumir los problemas de los colaboradores que enseñarles a lidiar con ellos” -  “Mis colaboradores ya están muy ocupados”-  “Tengo la sensación de perder el control”– etc. O, como decía un chiste: “Me gustan las cosas hechas a mi manera, pero hechas por otro”.

Ojo, delegar no consiste en trasladar patatas calientes o “marrones”, no. Ni asignar tareas cuando estás sobrecargado, ni traspasar todos los trabajos desagradables, ni dar en el último momento todo lo que no has podido terminar, ni pretender que lo hagan a nuestra manera. Delegar es, ni más ni menos, la capacidad de conseguir que los colaboradores dispongan de la información y de los recursos necesarios para tomar decisiones y lograr sus objetivos.

Disculpa que me entrometa tanto en tu vida, pero… ¿tienes hijos? (no es lo mismo, pero también ayuda si tienes sobrinos). El “babysitting” o contratación de “canguros”, tal como se dice en España, me parece el ejemplo más poderoso de delegación… El trabajo de cuidar a nuestros hijos durante unas horas o días lo hace otra persona, en quien depositamos nuestra total confianza, pero la responsabilidad final es nuestra (y lo sentimos así). Podemos darle algún consejo a la canguro (“ponle una película”, “si llora, haz esto”, “en caso de problema, me llamas al móvil”, etc.), pero eso no quita que estamos dejando en sus manos lo más importante que tenemos… ¿Cuál es la base de la contratación de una o un “canguro” o babysitter? La CONFIANZA.

Delegar es ante todo una cuestión de confianza. Si tienes gente a tu cargo, delegar es una de las facetas más importantes de tu trabajo. Como manager, tu trabajo no es “hacer”, sino conseguir las cosas (los objetivos) a través de tus colaboradores. Así, podrás emplear tu tiempo en planificar, organizar, dirigir, controlar, innovar, entrenar, lograr los objetivos, y no en apagar fuegos, responder a interrupciones o corregir errores. Delegar significa asumir que el colaborador hará las cosas a su manera (y tú sigues siendo el responsable final). Delegando, aliviamos nuestra presión de tiempo y proporcionamos a nuestros colaboradores la oportunidad de desarrollar sus habilidades en la toma de decisiones y en la resolución de problemas. Así, además de fomentar su creatividad e iniciativa, les motivamos y les ayudamos a descubrir de lo que son capaces. Y, muy importante, logramos incrementar los resultados del equipo con el beneficio añadido de liberarnos de algunas actividades. Por tanto, delegar permite crecer a nuestra gente en la organización, y, además nos empuja y hace mejorar como directivos. Delegando, fortalecemos también nuestra propia posición…

Enrique de Mora. Autor de varios libros y del Blog “Pop Corner” (www.funny-pop.es)


Motivación y Más

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