Que la realidad en la que vivimos profesionales y organizaciones ha cambiado resulta una obviedad insultante…
Que
como profesionales y empresas tenemos que interpretar las nuevas reglas
del juego cuanto antes, ya es un debate generalizado en un gran número
de empresas e instituciones… (Aunque en otras ciertamente se esté
todavía a años luz de entender esta realidad)
Pero no es menos cierto, que muchas
empresas y profesionales se preguntan cómo hacer frente a ese nuevo
contexto ya no solo para alcanzar el éxito, sino ante todo, para
sobrevivir en él.
Y,
llegados a este punto, aparecen irremediablemente dos de los conceptos
de los que más se ha hablado (y se sigue haciendo) en los últimos años:
Innovación y Cambio.
Lo cierto es, que ambos conceptos son indivisibles. Sin
innovación no hay cambio posible y la gestión del cambio, es el caldo
de cultivo necesario para que se produzca la innovación. Por lo
tanto ambos forman un poderoso e indivisible binomio que se ha
convertido en una de las principales líneas de trabajo y quebraderos de
cabeza al mismo tiempo, de todas las empresas que, – modas y tendencias cool al margen – están realmente preocupadas por mantener su posición y destacar en un mercado radicalmente diferente.
Son
muchos los factores y circunstancias que hacen que ese binomio
indisoluble que suponen la innovación y el cambio tenga lugar o no;
pero no debemos olvidar, que aunque es vital contar con los procesos y
las estructuras organizativas adecuadas, lo cierto es que son los comportamientos de las personas los que en última instancia provocan la innovación y el cambio.
De ahí, el rol absolutamente crucial y determinante que en cualquier
proceso de cambio e innovación juega el área de gestión de personas…
Liderar
un proceso de cambio organizativo y promover una cultura innovadora que
permita mantener la posición de la compañía en las nuevas
circunstancias del mercado no es una misión imposible, ni mucho
menos una utopía, es ante todo un ejercicio de compresión e
interiorización de los cuatro elementos esenciales que hacen posible que
la innovación y el cambio tenga lugar…
Desobediencia Inteligente
La desobediencia inteligente puede entenderse como el origen que provoca el proceso de innovación. La
chispa que enciende la mecha del cambio. Una actitud que desafía el
orden preestablecido, que se cuestiona los procesos existentes, la razón
de ser asumida por la mayoría y defendida por los mecanismos de poder y
control convencionales. Una desobediencia no destructiva, una
desobediencia cuyo foco principal es generar valor en la organización.
Una actitud rebelde pero con causa.
Muchas
empresas han señalado y estigmatizado históricamente a aquellos
profesionales que se han cuestionado el orden existente, aunque su fin
último fuese la mejora de resultados… sin embargo ahora, es más
necesaria que nunca una mirada crítica, una actitud que se rebele
inteligentemente contra el sistema, un sistema que necesita regenerarse y
para lo que necesita ante todo profesionales que cuestionen lo que
hacen, como lo hacen y para que lo hacen…
La
práctica de la desobediencia inteligente, del no gregarismo, de criticar
la falta de crítica se antoja esencial para iniciar cualquier proceso
de innovación y cambio…
Socialnetworking
Entender
la idea de red, asumirla y lógicamente desarrollarla es otro de los
elementos esenciales de la innovación y el cambio en el contexto
empresarial del S.XXI. Su relevancia me invita a incorporar de
nuevo este elemento. Vivimos en una sociedad empresarial ultraconectada.
Nuestra forma de acceder al conocimiento que necesitamos para generar
valor en la compañía es y será eminentemente en red. Es vital que
cualquier organización y sus profesionales pongan en práctica el hábito
de conectarse con otros profesionales, de otras geografías, con otras
experiencias que están, a su vez, expuestos a otras realidades.
La
gestión del cambio y la innovación requieren acercarse a multitud de
fuentes, aproximarse a perspectivas diversas y divergentes de las que
habitualmente forman nuestro día a día. Además de ser una práctica vital
para la generación de valor en la empresa del S.XXI, el socialnetworking
es un elemento clave para enriquecer nuestra visión de la realidad,
una actitud que nos permitirá tener en cuenta muchos más enfoques para
llevar a cabo un proceso de cambio…
Inteligencia emocional
Acercarse a la realidad comprendiendo nuestras emociones y lógicamente comprendiendo las de los demás es otro elemento esencial. La
innovación y el cambio son procesos que generan nuevas realidades y
toda nueva realidad provoca emociones, tanto en aquellos que las crean
como en aquellos que se acercan a ellas.
Aún
recurrente en muchos otros aspectos de la vida personal y profesional,
creo que resulta un elemento imprescindible para entender el éxito de un
proceso innovador y de cambio, tanto a nivel individual como colectivo.
La inteligencia emocional en sus dos derivadas, la que permite
reconocer e interpretar nuestras emociones como profesionales y la que
permite reconocer e identificar las de aquellos que nos rodean, es un
elemento vital para comprender la emociones que provoca la nueva
realidad que surge en un proceso de innovación y cambio.
Desarrollar
con éxito una cultura innovadora y por lo tanto construir nuevas
realidades organizativas implica necesariamente entender que gestionar
emociones es liderar el cambio
Intra-emprendimiento
El intra-emprendimiento es la desobediencia inteligente transformada en acción. Un
intra-emprendimiento es un extra-aprendizaje, y la innovación es
normalmente el resultado de una secuencia de ensayos… y errores…
Una
actitud intra-emprendedora es un elemento esencial a la innovación y al
cambio. Si solo se tiene una mirada desafiante a la realidad
(desobediencia inteligente)… por muchos inputs a los que nos acerquemos a
través de nuestro desarrollo de red (socialnetworking)… y por muy
emocional que sea nuestra inteligencia… sin experimentar, sin pasar a la
acción no se construirá una nueva realidad…
La
innovación y el cambio no son procesos mentales, sino ante todo
acciones que construyen nuevos escenarios empresariales, nuevos procesos
y nuevos productos y servicios…
Intra-emprender,
es pasar a la acción de forma experimental, atreverse, intentar, probar
y realizar las cosas de forma diferente a como se ha hecho
habitualmente. Es, por lo tanto, la traducción en acción del resto de elementos que forman la esencia de la innovación y el cambio.
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Se
trata, en definitiva, de cuatro elementos que se antojan necesarios e
imprescindibles de forma independiente, pero cuya conjunción e
interrelación dotan de sentido y potencia a cualquier proceso de
innovación y cambio.
Cuatro
elementos que suponen comportamientos y actitudes que ya existen entre
los profesionales que componen cualquier organización… pero que
requieren procesos, estructuras organizativas y un estilo de liderazgo
(transformador) que les permita manifestarse y diluirse en la empresa…
Cuatro
elementos que presumiblemente esconden el secreto del éxito y que
permiten entender porque unas organizaciones innovan y gestionan el
cambio mejor que otras…
Cualquier
organización del S.XXI y en especial los departamentos focalizados en
la gestión de personas (RRHH) deben entender estos elementos esenciales
al cambio y a la innovación, comprenderlos, liberarlos… y, en última
instancia hacerlos suyos, vivirlos en primera persona: practicar la
desobediencia inteligente,… trabajar por, para y desde la red,… adoptar
la inteligencia emocional como barniz de su práctica profesional, y
hacer del ensayo y error su modus operandi, ya que, con total seguridad,
la función de RR.HH y los profesionales que trabajan por y para las
personas en las organizaciones, están llamados a convertirse en el
quinto elemento de la innovación y el cambio…
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