La gente no renuncia a trabajos, renuncia a sus jefes.
Un
informe reciente de la firma de investigación de mercado Gallup
descubrió que ese viejo cliché sigue teniendo mucho de cierto. Una
encuesta entre 7.200 adultos descubrió que alrededor de la mitad de los
consultados había renunciado a un empleo en algún momento “para alejarse
del jefe”.
Entonces, ¿qué quieren los empleados de sus jefes? En una palabra, comunicación.
Gallup
descubrió que los trabajadores cuyos jefes realizan reuniones
habituales son tres veces más propensos a sentirse involucrados y estar
entusiasmados con sus empleos. Los empleados señalaron que quieren estar
en contacto con sus jefes a diario, y no sólo para hablar de metas de
ventas o una presentación próxima. Quieren que sus gerentes también se
interesen en sus vidas personales.
Más
de la mitad de los trabajadores —54%— que se mostraron más de acuerdo
con la declaración “Siento que puedo acercarme a mi jefe con cualquier
tipo de pregunta” están involucrados activamente, una proporción que se
derrumba a 24% para quienes eligen la calificación inmediatamente
siguiente. Alrededor de un cuarto de quienes contestaron la encuesta
señalaron que no se sentían cómodos hablando de temas personales con el
jefe.
Los empleados que sienten que
pueden comunicarse abiertamente suelen confiar mucho en sus jefes, dijo
Jim Harter,
científico jefe de investigación sobre lugar de trabajo y
bienestar de Gallup. Harter agregó que esos empleados tienen “un
elemento de seguridad en la relación (supervisor-subordinado) que es
realmente importante”.
Otra zona que se
puede mejorar: fijar prioridades y metas para el trabajo. Según la
encuesta, los trabajadores sienten que tienen pocos lineamientos para
comprender lo que se espera de ellos. Doce por ciento de los
trabajadores estuvieron muy de acuerdo con que su jefe los ayude a
establecer prioridades laborales. Ese 12% tiende a sentirse mucho más
feliz en el trabajo que quienes calificaron la capacidad de sus jefes de
ayudarlos a fijar metas en la parte inferior de la escala.
“La
claridad en las expectativas quizás sea la necesidad más básica de los
empleados y es vital para el desempeño”, escribió Gallup en el informe.
Los
trabajadores también quieren aceptación de responsabilidad, dijo
Harter. “Para los empleados involucrados, la rendición de cuentas
significa que todos los empleados deben cumplir con los mismos
estándares, y los holgazanes quedarán expuestos. Así que el control
significa que hay igualdad”.
Sin
embargo, hay un problema inherente a la gerencia. Gallup también ha
descubierto que sólo tres de cada 10 jefes tienen el talento natural o
que se puede cultivar para volverse hábiles en el manejo de recursos
humanos. La firma dice que ese tipo de jefes motivan a sus empleados, se
hacen valer para superar obstáculos, crean una cultura de rendición de
cuentas, construyen relaciones de confianza, y toman decisiones con
información y sin sesgo para el bien de su equipo y la empresa.
Lamentablemente, sólo 10% de los gerentes demuestra los cinco talentos, y
otro 20% posee algunos de esos rasgos y puede aprender los demás.
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