Todo trabajo tiene sus 
pequeñas desilusiones o molestias, hay que reconocerlo. Siempre hay días
 en los que se acumula un mayor índice de estrés, podemos tener una 
pequeña riña por desacuerdos entre diferentes miembros del equipo o 
simplemente tenemos un mal día. Pero hay determinados síntomas que nos 
indican que estamos en el trabajo equivocado.
Si sólo de pensar en la
 idea de volver al trabajo se nos hace un camino cuesta arriba todos los
 días, seguramente significa que el trabajo que desempeñas no sea el 
adecuado para ti. Un empleo correcto es aquel que te aporta 
retos que aceptas con ilusión, los cuales intentas superar buscando 
recursos de manera activa y sin decaer al instante.
Hay días más fáciles que otros, esto es 
obvio, pues sucede tanto en las empresas como en la vida diaria. Sin 
embargo, el trabajo adecuado es el que genera una experiencia positiva 
en ti. Por eso, recuperamos un post publicado por Forbes en el que se describen 5 signos que denotan la falta de encaje entre tu empleo y tú.
1. Cuando tu trabajo te aburre.
 Tu empleo debe proporcionarte retos constantes. En el momento en que tu
 trabajo te aburre, ya sea por su monotonía o por falta de tareas que 
desempeñar es mejor que planteas hacer un cambio en tu vida. El trabajo 
no tiene porque ser una tortura, sino que, en parte, debe convertirse en
 algo ocioso.
2. Cuando tu trabajo resulta más una molestia.
 Considerar que tu lugar de empleo es más una molestia y una angustia 
constante, mal signo. Nos pasamos un tercio del día ejerciendo estas 
labores, por eso, si en ningún momento experimentas un pequeño 
sentimiento de victoria es porque, seguramente, no es el trabajo 
correcto.
En el trabajo idóneo hay algo que 
esperar todos los días. Eso no quita que persistan algunos momentos de 
irritabilidad, pero hay ciertos momentos interesantes y divertidos que 
contrarrestan esta parte negativa.
3. Cuando ninguno de tus compañeros refuerza tu talento.
 En la empresa en la cual estés afincado como mínimo uno o dos de tus 
compañeros deberían tener la suficiente confianza o relación para que 
puedan felicitar nuestros logros. Todos los empleos nos relacionan con 
personas muy distintas con las que no necesariamente tenemos que 
congeniar. Pero sí que tener un grupo, aunque sea reducido, de 
compañeros con los que te complementes es positivo, pues también te hará
 crecer, adaptándote a nuevas personalidades, a la vez que te sentirás 
más a gusto.
4. Cuando el domingo por la noche te sientes mal al pensar en el lunes por la mañana.
 Si sólo de pensar en volver al trabajo te provoca malestar, estás en el
 trabajo equivocado. Pero tampoco te sientas mal por ello, porque muchas
 personas, alguna vez en la vida, han pasado por situaciones similares.
5. Malestar corporal. 
Algo totalmente definitivo para afirmar que el espacio de trabajo que 
ocupas no es el correcto es cuando todos estos síntomas se juntan en un 
malestar corporal. Dolores de cabeza, de barriga… pueden aparecer por la
 presión psicológica a la que estamos sometidos. “La madre naturaleza es
 el mejor maestro”, afirman desde el portal.
El miedo puede ser el peor aliado para identificar e incluso para poner freno a este empleo. Pero salir del trabajo equivocado es posible y si uno no se siente a gusto con las tareas que desempeña, no tiene por qué esperar.
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