 Para atraer a los reclutadores y empresas debe ser diferente y demostrar
 un valor singular. Esa autenticidad, traducida en verdadera influencia,
 es la que le dará un brillo especial en un mercado laboral 
hipercompetitivo en el que cuesta cada vez más destacar.
Para atraer a los reclutadores y empresas debe ser diferente y demostrar
 un valor singular. Esa autenticidad, traducida en verdadera influencia,
 es la que le dará un brillo especial en un mercado laboral 
hipercompetitivo en el que cuesta cada vez más destacar. 
Distinguirse del resto de candidatos que compiten con 
usted por un puesto. Ser diferente es la clave y, para lograrlo, hace 
falta llamar la atención de las empresas y de los reclutadores. ¿Es 
usted una persona interesante? De la atención que sea capaz de captar 
depende su futuro profesional. José María Gasalla, profesor y 
conferenciante, recuerda que "cada individuo y cada profesional va a 
pedir ser tratado de forma diferente, pero a cambio ha de aportar un 
valor diferencial". 
Guillem Recolons, socio de Soymimarca, asegura que "aportar valor, 
generar la capacidad de cambio en los demás y dejar una huella 
perdurable es a lo que se suele llamar ser alguien con capacidad para 
influenciar, alguien con una propuesta de valor que marca un antes y un 
después en nuestra conducta". Y ahí entra la cuestión de ser interesante
 o influyente; si uno interesa por ser influyente o es influyente porque
 interesa...
Antes de aclarar esto, volvamos a la persona interesante: Miren 
Olcoz, directora de marca y comunicación de Sodexo, cree que "el 
interesante es aquel que no pretende serlo. Se busca el criterio propio y
 a la gente genuina, frente al simple postureo". En eso coincide con 
Carlos Rebate, autor de Influencers. Todo lo que necesitas saber sobre 
influencia digital, quien explica que "la gente está ávida de personas 
auténticas, que muestren con naturalidad quiénes son. La autenticidad es
 una forma de diferenciación, porque en el mundo laboral se confunde con
 frecuencia ser profesional con no mostrar quiénes somos como personas y
 cuáles son nuestros valores y motivaciones. Y trabajamos con personas 
que además son profesionales. Cómo es la gente con la que trabajamos 
casi siempre es más importante que lo que ésta sabe".
Singularidad
Ovidio
 Peñalver, socio director de Isavia, también afirma que lo ideal es 
influir sin pretenderlo: "Si uno es auténtico influirá en los demás sin 
proponérselo". Añade que ser interesante depende de uno mismo: "Es algo 
personal que tiene que ver con el mundo de las ideas. Se capta la 
atención de quien se tiene delante, pero no hay que ser famoso para ser 
interesante, porque esto es algo que se da en el cuerpo a cuerpo. Es 
tener algo especial, un rasgo personal característico, ser un experto en
 algún tema o en un hobby, o un referente en algún campo, o tener 
contactos".
Gasalla añade que "ser interesante es a veces sinónimo
 de ser singular. Cada persona es única e irrepetible, pero no es así en
 su comportamiento". Considera que "las organizaciones tienden a que la 
caja sea estrecha para evitar sorpresas. En tiempos complejos, diversos y
 volátiles, la persona no diferencial que siga la norma es fácilmente 
sustituible por un robot, pero un robot no puede suplantar a alguien que
 actúa fuera de la masa. Esa persona singular tiene capacidad para 
correr riesgos, cuestiona el statu quo y es más asertiva que los demás".
En
 todo caso, Gasalla hace notar que "algunas veces, singular se 
identifica con anormal, como si la norma fuera lo bueno. Hay quien 
piensa siempre en la seguridad, y los aseguradores exógenos serán cada 
vez menos. Organizaciones y sociedad han de evolucionar hacia una mayor 
originalidad existencial. Hay que ser protagonista de nuestra propia 
vida. Pero eso es disruptivo y no se sabe si uno puede contar con este 
tipo de profesionales a medio o largo plazo".
Para Miren Olcoz tiene valor "quien no sigue las modas y quien no 
suena a discurso mayoritario. El discurso es original porque es propio".
Añade
 que las personas interesantes transmiten pasión y tratan los temas con 
profundidad en un mundo en el que hay mucho Twitter y mucho titular. La 
pasión implica dedicación, querer compartir y ser capaz de transmitir lo
 que supone para uno". Y en tiempos en los que se valoran las nuevas 
capacidades profesionales, destaca la learnability de los que son 
interesantes: se mantienen siempre así porque aprenden constantemente y 
están abiertas a lo nuevo.
Rebate opina que "el hecho de que una 
persona nos parezca interesante es el resultado de combinar diferentes 
ingredientes, como la autenticidad, la curiosidad, o los intereses 
comunes. La curiosidad es un poderoso imán, así que si se quiere 
despertar el interés en otra persona hay que comenzar alertando su 
curiosidad. Sin olvidar los intereses comunes: tenerlos supone una de 
las formas más rápidas para comenzar a construir una relación y crear 
atracción, que será inversamente proporcional al tamaño del interés 
común. Cuanto más pequeña sea la parcela de interés común (un autor de 
culto, un conocimiento de nicho, una afición minoritaria), mayor será el
 aliciente que despertaremos".
Rebate se refiere asimismo a la 
posibilidad de generar sugestión digitalmente: "Quien se interese por 
nosotros (por ejemplo, siguiéndonos en una red social o pidiéndonos 
contacto) ya puede despertar nuestra curiosidad por ese simple hecho. 
Todo irá mejor si tras ese perfil descubrimos a una persona auténtica 
con la que compartimos algo muy específico". También cree que 
"incorporar personas diferentes-especiales-interesantes a los equipos 
dispara el potencial de innovación y de pensamiento lateral de una 
organización. Los equipos multidisciplinares, la diversidad como diseño 
organizativo y la incorporación de polímatas (personas que dominan dos ó
 más ramas de conocimiento) es un catalizador de la innovación y de la 
generación de ideas y modelos de negocio disruptivos". 
Influencia
¿Es
 lo mismo ser interesante que influyente? Peñalver considera que 
"alguien que reúne ambas facetas es quien que se elige como mentor. Es 
interesante lo que dice y lo que recomienda influye". Asegura, además, 
que "en recursos humanos, un reclutador busca antes gente influyente que
 interesante. Exige que esa persona impacte o influya con lo que hace".
Para Rebate, "por regla general, las personas interesantes influyen, 
atraen y convencen con mayor facilidad que las que no lo son". Y 
Peñalver explica que "ser influyente no depende de lo interesante que 
uno sea, sino del cambio de comportamiento que genera en otros. El 
influyente suele ser un modelo a seguir; marca tendencias, capta el 
interés. Pero no tiene por qué ser famoso, y tampoco ha de ser 
interesante. Ser interesante-influyente es algo variable en tiempo y 
lugar. Se puede ser con unas personas, en ciertos momentos, y no serlo 
con otras personas y en otro tiempo".
Guillem Recolons concluye 
que "las redes sociales nos hacen creer conceptos equívocos, como que un
 influencer es alguien que ejerce influencia, que modifica hábitos de 
las demás personas. El influencer social creado desde YouTube y otras 
redes es más bien un objeto de deseo, un impulso aspiracional: 'Quiero 
ser como esa YouTuber o como ese tuitero o instagramer'. Esa es la 
reacción que provoca el influencer".
 
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