martes, 30 de noviembre de 2010

Cómo captar la atención del seleccionador

Conseguir un puesto de trabajo comienza por atraer la atención del encargado de selección. Por tanto, el primer paso es tener un currículo bien estructurado que deje claro nuestra idoneidad para el puesto. Hay que tener presente que el fin del currículo es conseguir una entrevista de trabajo, y para que esto ocurra debe aportar un valor añadido respecto a los cientos de vidas laborales que recibe un empleador.

El seleccionador recibe cientos, sino miles, de currículos iguales. La clave para destacar, para captar la atención del empleador y que tenga en cuenta la candidatura para una entrevista de trabajo, es diferenciarse. Por supuesto, es esencial una correcta redacción sin faltas de ortografía y conseguir que el empleador no se aburra al leerlo.



Para conseguirlo, se puede empezar eligiendo un papel de calidad, diferente al típico folio blanco, y haciendo un buen uso de los recuadros, la negrita y los subrayados para hacer más amena la lectura. Eso sí, sin abusar de estos recursos. Si se envía por correo electrónico es recomendable adjuntar una carta de presentación.



Calidad antes que cantidad
El contenido, que no debe exceder una página (dos a lo sumo), debe estar adaptado a la empresa. Por eso, hay que resaltar los valores, la experiencia y la formación más adecuada al puesto al que se opta. En este sentido, los expertos aconsejan reescribir el currículo para cada empleo al que se postula: la calidad puede ayudar más que la cantidad en este caso. Por ejemplo, según el empleo que se busque será adecuado obviar que se ha sido repartidor de pizza o au pair.



En general, lo que antes se debe leer es el último trabajo desempeñado,
y es conveniente que si se ha dirigido un equipo, se detalle el número de
personas al cargo y las responsabilidades.



A partir de aquí, Jeniffer Fast, directora de servicio de Adecco Professional, distingue entre el modelo cronológico, que se elige cuando existe mucha formación y poca experiencia; y el funcional, que es aquel en el que se agrupan los datos y la experiencia del candidato por temas y se especifican todas las funciones que se han realizado. En general, lo que antes se debe leer es el último trabajo desempeñado, y es conveniente que si se ha dirigido un equipo, se detalle el número de personas al cargo y las responsabilidades.



Para los jóvenes
Si se está buscando empleo por primera vez se debe priorizar la formación, los estudios complementarios y los idiomas, así como las experiencias de trabajo temporal o internacional. Es conveniente incluir que se ha compaginado los estudios con un empleo, porque indica responsabilidad y dinamismo.



Para los 'senior'
Su currículo debe ser más operativo y funcional. Lo que prima en estos candidatos es la experiencia. Hay que comenzar definiendo los objetivos profesionales y después, la trayectoria laboral. En el caso de los directivos, es indispensable aportar las funciones que se han desempeñado y lo que se ha conseguido en cada momento. Además se puede destacar las habilidades y competencias personales, así como el networking adquirido.



Información en el tintero
Los expertos recomiendan que no se mienta ni se exagere en el historial, porque es algo que se puede volver en contra del candidato. Por ejemplo, a la hora de incluir los idiomas: este apartado sólo debe completarse si se posee un buen nivel, porque en la entrevista lo comprobarán realizando alguna pregunta en la lengua especificada.



Tampoco es conveniente comentar los motivos por los que se dejó anteriores trabajos. En concreto, ésta suele ser información que se trata en la entrevista. De hecho, no se debe dar todos los detalles en el currículo; de este modo, quedará información importante para desarrollar en los siguientes pasos del proceso de selección, según recomiendan desde Randstad.


La entrevista de trabajo
En el cara a cara con el seleccionador, el candidato debe saber venderse en 45 minutos presentándose como la persona ideal que la compañía necesita. Para triunfar en este sentido y evitar los nervios, se debe realizar un trabajo previo de preparación. Es muy recomendable investigar sobre la empresa (historia, origen, cifras de negocio…) y el puesto al que se opta.




Internet, la prensa o los propios empleados son fuentes básicas de información. También se deben repasar las fechas, los cargos y las funciones claves que aparecen en el currículo.


La actitud positiva es clave, así como saber transformar los aspectos negativos en puntos a favor. Un empleo anterior se convierte en experiencia adquirida y la base para no repetir errores; el hecho de haber trabajado durante mucho tiempo en una empresa se argumenta detallando las diferentes funciones y responsabilidades desempeñadas, o la vuelta al mercado laboral tras un periodo largo de inactividad se soluciona señalando lo que ha aportado a la persona tanto profesional como personalmente esa temporada.

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