miércoles, 12 de diciembre de 2012

La Guerra Fría de la oficina

  • La comunicación exitosa no se trata de ganar una discusión, sino de lograr un plan de acción que nos aleje del problema.
  • Hay que saber parar y volver al principio de una discusión si nos enrocamos al intentar determinar responsables del problema.
En los años 80 el mundo vivía pendiente de las conversaciones entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. Estados Unidos y Rusia trabajaban por el final de la guerra fría. Sin embargo, sus conversaciones no iban por buen camino.

De hecho, Reagan empezó a sentir demasiada resistencia por parte de Gorbachov. Fue entonces cuando mirándole a los ojos dijo “Esto no va bien, volvamos a empezar” para acto seguido darle la mano y presentarse “Hola, yo soy Ron”.

Reagan supo usar el factor humano en la conversación. A partir de ahí eran dos personas tratando de resolver un conflicto. Con mucha frecuencia en situaciones de mucha presión nos olvidamos de cómo comunicarnos con los demás.

En ocasiones hay mal interpretaciones que causan problemas. Es entonces cuando debemos parar y hacer ver que las dos partes estamos para avanzar.

Mantener la calma
Con un conflicto sobre la mesa lo primero es analizar qué tipo de comunicación ha establecido nuestra empresa y asegurarse de que todo el mundo está de acuerdo en asumir responsabilidades.

Si  es así el problema tendrá visos de solucionarse rápidamente. De no serlo, el conflicto se inflará rápidamente. Sucede porque una de las partes que está dentro del conflicto se sentirá atacada y hará resistencia.  Es ahí donde, como Regan, tenemos que volver a la situación inicial para intentar avanzar.

El tema principal que nos ocupa
Cuando nos dejamos llevar por el acaloramiento de una discusión olvidamos qué estamos tratando resolver. Quién tenga razón o quién se lleve menos culpa es insignificante cuando lo que debemos hacer es deshacer el entuerto.
Una buena forma de esquivar en este tipo de situaciones, que no conducen a ningún sitio, es evitar que los demás sientan que se equivocan. Para eso hay que ver los problemas con cierta distancia, librándonos de prejuicios.

En desacuerdo con el jefe
La comunicación que desarrollamos con un superior es diferente. En este caso hay que saber que pensar en  la otra persona como un mal supone un gran problema para nosotros.

Cuando se trabaja con alguien que es superior, debemos recordar que hay una razón por la que mantiene esa posición. Se merece, como cualquiera, un respeto.

Bien y el mal
Al igual que Reagan hizo con Gorbachov, a veces hay que dar un paso atrás y comenzar de nuevo con el fin de resolver verdaderamente el problema en cuestión.

El problema llega con la autoestima. En ocasiones cuando alguien no acepta argumentos de otros o quiere imponer los suyos revela problemas de seguridad en si mismo.

Sin embargo, en estas ocasiones hay que hacer concesiones, aceptar responsabilidades y formular un plan. Cuando hay un problema de este tipo el objetivo debe ser orientarnos hacia la solución.  La comunicación exitosa no se trata de ganar una discusión, sino de lograr un plan de acción que nos aleje del problema.


*Adaptación libre del artículo de Dub Little Man Overcoming toxic relationshipsat work


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