martes, 19 de noviembre de 2013

¿Eres egoista?

¿Quién no se ha visto alguna vez envuelto en una discusión con su pareja, hermano o amigo?. Suele ser una situación que empieza de manera tranquila y sosegada, y en algunas ocasiones llega a convertirse en una auténtica batalla campal, en la que lo único que se nos ocurre pensar es…. ¿cómo hemos llegado a este punto? o incluso, ¡¡¡ Sálvese quién pueda!!!.

Es el caso de Rosa y Alberto, son pareja desde hace 3 años, y aunque siempre han discutido, en el último año las peleas dentro de la pareja son insostenibles para ambos. Nos cuentan que discuten por cosas sin importancia: anoche no fregaste los platos, no has sacado al perro, no me has avisado que ibas a llegar más tarde….

JUGANDO A PASARNOS LA PELOTA
Una de las bases en cualquier conversación es la escucha activa, a priori parece que todos escuchamos, pero cuando nos vemos en este tipo de situaciones comprobamos que no es así. El gran juego en las peleas de pareja es el de la pelota caliente: ¿qué soy egoísta? ¿que crees que no te cuido? ¿que no estoy pendiente de la relación?…. PUES TÚ MÁS. Me dices algo que no me gusta, que no admito y te lo devuelvo en forma de reproche.

Es cierto que en esos momento es muy complicado aplicar todos los principios de la inteligencia emocional, sosegarnos y atender a eso que nos dice nuestra pareja, para analizar cuánto de verdad hay en eso.

LA TENSIÓN SE RESPIRA
Cada pareja es un mundo, o mejor dicho dos mundos, ya que va a depende de las características de las dos personas que la componen. Hay una característica común en cualquier discusión de pareja: la TENSIÓN. Es un momento en el que estamos alterados, las pulsaciones aumentan a ritmos vertiginosos, y estamos atentos a cualquier signo que podamos interpretar como amenazante: una mirada, un gesto, un ademán, etc. Por más que insistamos en quedarnos en ese escenario, la tensión no se va a eliminar.

Para destensar lo más apropiado es salir de ese escenario: sacar a ese perro que se había quedado esperando, ir a dar una vuelta, darse una ducha, en fin, cualquier cosa que nos aleje de ese escenario, son muchas las estrategias que se pueden utilizar en este sentido, pero antes de comenzar la discusión es fundamental que esa tensión se rebaje hacia los niveles mínimos, que tras ese paseo hablemos con nuestra pareja y le digamos: ahora estoy más tranquilo/a, vamos a hablar.

EFECTOS COLATERALES
Todo acto tiene una consecuencia, incluso después de haber perdonado o habernos arrepentido de lo que hemos dicho o hecho, hay una herida. Son los llamados efectos colaterales, daños residuales que quedan en la otra persona tras cada bronca, cada reproche o cada falta de entendimiento.



No hay comentarios: