¿Alimentación saludable y largas jornadas laborales son compatibles?
Una alimentación no adecuada de un trabajador puede disminuir en hasta un 20% la productividad
Las
prisas desde primera hora de la mañana ya nos condicionan. Al despertar
los minutos están contados y muchos prefieren dormir un poco más y se
levantan con el tiempo justo o bien deciden dedicar este rato matinal a
otras tareas. De manera que ya se han saltado la primera y más
importante comida del día. Llegan a su oficina y se encuentran con
emails, reuniones, llamadas de teléfono, informes, proyectos, etc. y al
final, han pasado cerca de tres horas y aún no han ingerido nada.
Para
muchos la historia se repite a la hora de la comida, porque no tienen
tiempo para sentarse en una mesa y comer con tranquilidad. La denominada
como “comida rápida” se convierte en la solución más socorrida cuando
el tiempo escasea, pero evidentemente no es la ideal para cuidar nuestra
nutrición. Antes de decantarte por este tipo de almuerzos, sopesa
traerte comida de casa, una alternativa económica y sencilla.
Nuestro ritmo de vida acelerado ha provocado que el tema de la
alimentación ya no sea considerado como una prioridad, y por ello cada
día se le dedica menos tiempo; esto se refleja en nuestros hábitos que
integran con más frecuencia la “comida basura”, golosinas y el café;
algo poco recomendable.
La Comunidad Laboral Trabajando.com – Universia ha detectado que esta
cuestión está preocupando cada vez más a las empresas y a la sociedad,
en general, causando importantes problemas como la obesidad que, además,
según estudios realizados en EEUU y Canadá, esta enfermedad provoca
disminución de la productividad y estiman que puede generar entre 1,61 y
1,74% más de ausentismo.
La OMS considera que no sólo la obesidad es la epidemia del siglo XX,
también hay otras patologías relacionadas con este problema como las
cardiovasculares, el cáncer o la diabetes.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce la importancia
de la alimentación dentro de la jornada laboral, pues los problemas
generalizados de la escasa ingesta hasta el exceso o ingesta inadecuada
de proteínas, energía y micronutrientes han generado la alerta. La OIT
afirma: “Una alimentación no adecuada de un trabajador puede disminuir
en hasta un 20% la productividad”.
“Es necesario que las empresas colaboren con este problema. Además de
ofrecer información, no está de más que faciliten a los trabajadores
máquinas expendedoras o microondas que les brinden diversas
posibilidades. Una buena idea también es fomentar el deporte con
actividades extra o convenios con gimnasios”, señala Javier Caparrós,
director general de Trabajando.com España.
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