lunes, 17 de marzo de 2014

Cómo gestionar entornos inciertos en las organizaciones

Hay dos preguntas clave para manejarse con éxito en entornos inciertos y poder construir desde ellos: ¿Qué pasaría si…? y ¿qué puedo yo hacer? El aprendizaje y las evoluciones nacen de la duda.
“Dudar para aprender y decidir para hacer” son dos de las principales herramientas con las que cuenta un profesional, empresario o directivo para gestionar entornos inciertos. "La incertidumbre es algo normal. Aunque nos aferremos a la búsqueda de la seguridad, la comodidad y la estabilidad, la vida es incierta, insegura e incómoda. También la de las organizaciones y es por ello que empresarios, directivos y profesionales han de gestionar la incertidumbre. Y la mejor fórmula para hacerlo es a partir de la toma de decisiones, que es la que impulsa a la acción, y de la capacidad de dudar, que es la que abre la puerta al aprendizaje, la mejora continua y la reinvención”, explica Fernando Botella, CEO de Think&Action, consultora especializada en el diseño de estrategias de talento y de negocio.

Hay dos preguntas clave para manejarse con éxito en entornos inciertos y poder construir desde ellos: ¿qué pasaría si…? y ¿qué sí puedo hacer?

“El entorno que nos rodea es incierto y cambiante y esto nos exige, no solo capacidad de adaptación, sino sobre todo anticipación. Necesitamos trabajar bajo el prisma de la “R”: renovación, reinvención, revolución, etc. y esto implica necesariamente estar permanentemente aprendiendo, cambiando, mejorando, cuestionándonos lo que hacemos”, de acuerdo con el experto, quien añade que “de niños disfrutábamos utilizando nuestro sacapuntas y afilando la mina de nuestros lápices y pinturas; sin embargo, crecemos y dejamos de sacarle punta a las cosas... El aprendizaje y las evoluciones nacen de la duda, de estar permanentemente preguntándose ¿qué pasaría si…?”.

Asimismo, Fernando Botella ha indicado que “el futuro se construye desde el hacer. Somos lo que hacemos (no lo que decimos, sabemos o aprendemos), así que ante cualquier incertidumbre, la mejor opción es tomar decisiones para empezar a hacer. El problema es que pasamos mucho tiempo pensando y centrando nuestras energías en lo que no se puede cambiar, en lugar de plantearnos ¿qué sí podemos hacer? Este “sí” parte de la aceptación de la realidad y abre un abanico de posibilidades a nuestro alrededor, imprescindibles para manejarnos en estos entornos cambiantes. La incertidumbre se trata con coraje y acción”.

El CEO de Think&Action añade una última recomendación para tratar de reducir la percepción de incertidumbre, válida tanto para individuos como organizaciones: “Vivir y gestionar sin añoranzas del pasado, el pasado no tiene capacidad para resolver el futuro, sin complacencias en el presente. Es necesario viajar siempre con mente de aprendiz y sin miedo al futuro".

El 90% de los pensamientos que tenemos a lo largo del día nacen de una predicción asociada a una preocupación, de los cuales el 99% nunca llega a suceder.
 
 

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