Los
Managers están en peligro de extinción. Puede que la afirmación suene un tanto apocalíptica y
provocativa. Sin embargo, no es mi intención que cunda el pánico entre la
población, de managers fundamentalmente… tanto como provocar una reflexión
acerca de la evolución que esta especie puede sufrir en los próximos años…
En
este cambio de época que nos ha tocado vivir cada vez más empresas (incluso las
más reticentes al cambio…) toman consciencia de la necesidad de revisar sus
procesos, cultura y estructuras organizativas con el fin de responder a las
exigencias de un mercado cada vez más volátil e impredecible.
En
su intento por adecuarse al nuevo orden socio-empresarial muchas empresas están
llevando a cabo cambios en sus estructuras y en sus procesos de gestión
de personas…
Se
trata de cambios para adecuarse al cambio, que de forma progresiva y silenciosa
están dibujando una realidad de empresa en la que la figura del Manager, Mando
Intermedio, Jefe… o como queramos llamarlo puede llegar a quedar en entredicho
en un futuro quizás no demasiado lejano…
Cuatro
tendencias que impactan en la extinción o evolución del rol de Manager
1.-
Reestructuración: “Delayering”
En
los últimos años, muchas empresas han vivido importantes y dramáticos procesos
de restructuración. La crisis que ha impactado de forma severa en muchos
mercados ha agudizado este proceso. Uno de los tipos de reestructuración más
comunes ha sido el denominado “Delayering”
o lo que es lo mismo, la reducción del número de niveles organizativos entre el
CEO y el último peldaño de la estructura organizativa.
Bien
fuese por un objetivo de reducción de costes o por un intento de construir
estructuras organizativas más ágiles, muchas empresas han suprimido en los
últimos años varios de sus niveles organizativos. El resultado: organizaciones más
planas y horizontales con menos niveles jerárquicos que provocaban que los
Managers que permanecían asumiesen responsabilidad sobre equipos más numerosos.
Sin embargo, esta tendencia organizativa no ha modificado las responsabilidades
asociadas a estos Managers, quienes ahora, ven duplicado (o más) el tamaño de
sus equipos y a duras penas son capaces de mantener las tareas de gestión de
personas (al menos con la misma intensidad y calidad)… que llevaban a cabo con
equipos ostensiblemente más pequeños.
2.-
Democratización del acceso a la información a través de la Tecnología Social
La
proliferación de la tecnología en forma de Redes Sociales Corporativas dentro
de las empresas no solo está provocando la redefinición de muchos procesos de
gestión, sino que además, impacta en la relevancia de algunas de las
funciones tradicionalmente atribuidas a la figura del Manager…
El
Manager ha ejercido habitualmente de cadena de transmisión de información,
valores, cultura en definitiva, desde la alta dirección hacia el resto de
niveles organizativos.
La irrupción y consolidación de la tecnología social representa la
democratización del acceso a la información y conocimiento por parte de todos
los profesionales con independencia de su nivel organizativo. Dicho
de otro modo, cada
vez más, un profesional requiere menos de su Manager en términos de acceso a
información y conocimiento. La tecnología social ha incrementado la libertad de
acción, comunicación e información del profesional…
3.-
Liderazgo distribuido en Comunidades
Otro
efecto colateral causado por la consolidación de la tecnología social es la
proliferación de equipos de trabajo auto-liderados. La tecnología social
no solo permite la democratización del acceso a la información, sino que
también impulsa la creación de nuevas formas y células de organización: las
comunidades.
Las
comunidades son las nuevas células de un sistema organizativo que representa el
caldo de cultivo idóneo para impulsar la inteligencia colectiva de cualquier
empresa. Las
comunidades no eliminarán la jerarquía – al menos de forma radical – su éxito
depende del papel que jueguen en ellas los profesionales que asuman los roles
necesarios para que están cumplan su cometido o propósito: aprendizaje,
comunicación, innovación, mejora, etc. Sin embargo, pese a que no
eliminarán de raíz la jerarquía,
la forma de trabajar en comunidades introduce cambios sobresalientes en los
comportamientos de los profesionales que formen parte de ellas… quienes
asumirán un liderazgo distribuido, no unipersonal; un liderazgo colectivo,
nómada e itinerante que permitirá alcanzar los objetivos definidos en cada
comunidad, en muchos casos sin la necesidad de la figura de un manager
tradicional…
4.
Dinamización de entornos personales de aprendizaje (EPA´s) y Aprendizaje
Social.
De
nuevo la tecnología
social permite la redefinición del paradigma de la gestión de la formación
y con ello, invita a reflexionar sobre el papel que los Managers y Jefes han
jugado históricamente en la formación y cualificación de sus equipos. La tecnología social en forma de
redes sociales corporativas internas y el fenómeno que representa la Web 2.0 y
sus atributos (conectividad, apertura, flexibilidad, bidireccionalidad…)
permiten que un profesional construya sus propios entornos personales de
aprendizaje, a medida.
La
función del manager – al menos sobre el papel – en la formación de los miembros
de su equipo pierde enteros a medida que los gana la capacidad de cada
profesional para acceder al conocimiento que precisa para construir sus propios
itinerarios de aprendizaje.
Puede que incluso, la figura del manager, en función de su etilo de gestión y
liderazgo, represente un escoyo a la libertad de aprendizaje de cada
profesional…
Los
entornos personales de aprendizaje son por lo tanto una puerta abierta de par
en par al auto-desarrollo profesional y al aprendizaje social. Un elemento que
inyecta autonomía al profesional respecto de la propia organización… e incluso
respecto de su propio Manager…
______________
No
deja de ser una paradoja que algunas de las principales tendencias en materia
de gestión de personas en la actualidad, impulsadas en muchas ocasiones por los
propios Managers… puedan llegar a convertirse al mismo tiempo en la causa de la
extinción o de la evolución de la figura del Manager tal y como la
conocemos hoy en día…
El
debate acerca de la posibilidad de tener organizaciones de éxito sin Managers y
que describía Santi García en su último y recomendable artículo: Nuevas
fórmulas organizativas: la Holacracia, se acentúa progresivamente.
Pero
que no cunda el pánico… ni todas las empresas se “Holacrizaran”… ni los
Managers desaparecerán de la faz de la tierra de la noche a la mañana, ni mucho menos sucederá en todas
las geografías y sectores de actividad por igual…
Sin
embargo, para aquellas organizaciones que operen en la economía del
conocimiento, el sistema tradicional de organización del trabajo en el
que varios profesionales reportan a un Manager que les supervisa, definiendo
sus objetivos, velando por su desarrollo organizativo, ejerciendo de cadena de
transmisión de valores, cultura e información… puede que sea un modelo de
organización del trabajo obsoleto;
al menos para responder a un entorno híper-competitivo que reclama con
urgencia una intensa mejora de la productividad y reducir el tiempo de
respuesta al mercado.
No
se trata de hacer predicciones apocalípticas sino de entender como algunas de
las tendencias en gestión de personas hoy, están construyendo organizaciones
menos verticales y más horizontales, en las que cada profesional es cada vez
más autónomo en
el acceso a la información y en la creación de conocimiento, organizaciones en
las que probablemente participará en equipos auto-gestionados en forma de
comunidades, donde el liderazgo estará distribuido y en las que cada
profesional será autónomo a la hora de definir y accionar el
aprendizaje para su desarrollo…
Las
responsabilidades asociadas a los Managers o Jefes tal y como hoy las conocemos
no les permitirán sobrevivir en un ecosistema como el que se está
desarrollando…
en este nuevo marco, su aporte de valor hacia los profesionales que le
reportan, y, por tanto hacia la organización, se diluirá progresivamente.
Los
dinosaurios que dominaron la tierra hace millones de años se extinguieron tras
un cambio radical y brusco de su entorno, solo unas pocas especies
evolucionaron y consiguieron sobrevivir… hoy… otras especies profesionales
tendrán que decidir entre adoptar una actitud reactiva ante el nuevo ecosistema
poniendo en peligro su supervivencia, iniciando, por lo tanto su cuenta atrás
hacia la extinción o, por el contrario, comenzar un proceso evolutivo que les
permita adaptarse y sobrevivir… quizás en el sentido literal del término…
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