
Los obstáculos, los inconvenientes o los fracasos son los que realmente ponen a prueba nuestro deseo de alcanzar una meta.
Y sólo quienes se mantienen firmes, se animan a sortear estas
dificultades y levantarse todas las veces que es necesario pueden
conseguir lo que se proponen.
Ya hemos hablado en otras oportunidades de las lecciones que nos dejan nuestros errores
y la importancia de equivocarnos. Ahora queremos subrayar el valor de
sostener nuestros objetivos y no rendirnos ni amedrentarnos cuando algo
falla.
La historia está plagada de ejemplos de personas que debieron asumir y
reponerse de grandes fracasos para alcanzar sus sueños, como por
ejemplo:
- Charles Chaplin: Antes de convertirse en primera estrella del cine estadounidense, fue rechazado varias veces por distintos empresarios que consideraban su modo de actuar poco interesante para la audiencia.
- Los Beatles: Sus inicios -tocando en tugurios, 7 u 8 horas cada día de la semana- distan mucho del los grandes escenarios y públicos multitudinarios con los que habitualmente se los asocia. Musicalmente también debieron hacer frente una y otra vez a cambios y variaciones hasta llegar a su conformación grupal más conocida.
- Walt Disney: Fue despedido por el editor del periódico en el que trabajaba por “falta de imaginación y buenas ideas”. Posteriormente tuvo varios proyectos que fracasaron antes del estreno de su primer éxito ‘Blancanieves’.
- Michael Jordan: Fue eliminado del equipo de baloncesto universitario en su segundo año por no tener suficiente estatura, pero jamás renunció a su sueño. Reconoció haber errado más de 9.000 tiros en su carrera, perdido casi 300 partidos y fallado en 26 ocasiones cuando se le confiara el último tiro de un juego. “He fracasado una y otra y otra vez en mi vida. Y por eso, soy exitoso”, dijo.
Estos y muchos otros famosos conforman largas listas de personajes
que fueron rechazados en numerosas ocasiones y que, sin embargo, nunca
se dieron por vencidos y por eso, lograron alcanzar sus metas e incluso
ir más allá de ellas.
La paciencia y la confianza en nuestros proyectos construyen el
verdadero camino hacia el éxito. No podrás evitar las decepciones, los
obstáculos y los errores, pero sí puedes evitar que ellos te cierren el
paso y te impidan avanzar.
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