¿Está revisando sitios web entre reuniones,
quedándose un buen tiempo junto a la máquina de café en la oficina o
escribiendo una novela durante las horas de trabajo? Felicitaciones,
está haciendo su parte del “empty labor” (literalmente “trabajo vacío”).
Ese
es el término que se utiliza para las actividades no laborales que
hacemos en el trabajo, y el título de un nuevo libro de Roland Paulsen,
sociólogo de la Universidad de Lund en Suecia y uno de los principales
expertos sobre cómo las personas eluden el trabajo.
Los
empleados en general pasan cerca de dos horas holgazaneando en su
tiempo de trabajo, y este “mal comportamiento organizacional”, como lo
califica Paulsen, probablemente es más común de lo que piensa la mayoría
de los gerentes (a menos que estos también aporten una buena cantidad
de trabajo vacío).
En su libro, Paulsen
examina algunos casos extremos de trabajo vacío, entrevistando a
empleados que no hacen nada durante la mitad de su día laboral o más.
Muchos de nuestros trabajos se han vuelto más exigentes que nunca, pero
“no todas las partes del mercado laboral son impulsadas por una feroz
competencia que intensifica los días de trabajo de la gente”, escribe.
Si
bien los empleadores usan tecnología para asegurarse de que la gente
haga su trabajo —desde software que monitorea la actividad en las
computadoras hasta sistemas de GPS que rastrean el paradero de los
conductores que hacen entregas—, los empleados a menudo descubren cómo
esquivar esos controles.
“¿Qué hacemos
con nuestro deseo de trabajar menos y vivir más?”, plantea. La pregunta,
al parecer, tiene una importancia personal para Paulsen. “A decir
verdad”, escribe al comienzo del libro desde una habitación en Bali, “en
este momento preferiría probar windsurf que escribir este prefacio”.
WSJ: ¿Por qué hacemos esto?
Paulsen:
El trabajo o las tareas parecen no tener sentido. Las (tareas) no
atendían ninguna necesidad humana, tal vez ni siquiera las necesidades
de la compañía. Algunos entrevistados expresaron frustración con la
empresa o cierto gerente.
También había
narrativas políticas, aunque no tantas como pensaba. En algunos casos,
los trabajadores tenían la sensación de que está bien recuperar parte
del tiempo que el trabajo asalariado nos quita de forma consistente.
WSJ: Todos los que conozco se quejan de que trabajan más, no menos.
Paulsen: Estamos
viendo una intensificación del trabajo en general. Pero el trabajo
asalariado es una institución desigual en términos de seguridad laboral y
en términos de estrés y presión, (así que algunos trabajadores tienen
más libertad para flojear). A menudo los que menos cobran tienen que
hacer más y más sin la posibilidad de siquiera tomarse un descanso de
cinco minutos, mientras que otros pueden estar bastante inactivos en el
trabajo.
WSJ: ¿Los empleadores están al tanto de lo poco que trabaja realmente la gente?
Paulsen:
Algunos de ellos probablemente sí. Y creo que la mayoría de las
empresas quiere reducir esto lo más posible. Luego hay empresas como
Google
o
Facebook,
en las que incluso se jactan de la fusionar el placer con el trabajo. Pero eso se da sólo entre los pocos privilegiados.
Creo
que el trabajo regulado por tiempo es muy obsoleto hoy en día,
especialmente para trabajos de conocimiento. Pero hay otras formas de
controlar la producción y medir el desempeño.
WSJ: Usted escribe que no todos los que hacen trabajo vacío lo hacen porque quieren holgazanear.
Paulsen:
Algunas personas son forzadas a hacer un trabajo vacío contra su
voluntad y no lo disfrutan. Esto fue lo que más me sorprendió. El
ejemplo más extremo fue un cajero de un banco que en un proyecto trabajó
sólo 15 minutos al día. Llegó a un punto en el que dejó de ser
divertido, así que le informó francamente a su jefe sobre su situación, y
recompensaron su comunicación abierta cortándole el trabajo por la
mitad.
Realmente quería hacer algo más
productivo, pero el gerente estaba demasiado ocupado para inventar
nuevas tareas. En esa situación, simplemente tuvo que simular trabajo
porque también hay presión de sus colegas; tampoco quería parecer
inactivo frente a ellos. No había ningún intento de eludir de su parte.
WSJ: ¿Qué sucede con las personas en empleos de menor sueldo?
Paulsen:
Esos trabajadores suelen ser los más propensos a ser monitoreados con
tecnología por sus empleadores, y por lo tanto no son los que pasan la
mitad de sus horas de trabajo holgazaneando. Pero incluso si uno es
intensamente monitoreado, podría también haber espacios para flojear.
WSJ: ¿Dónde encontró más trabajo vacío?
Paulsen:
No se puede generalizar a partir de la muestra. La mayoría de ellos
eran oficinistas con títulos académicos y bastante autonomía en sus
empleos. Si uno quiere dedicarse a formas extremas de trabajo vacío
—algunas personas pasaban la mitad de sus horas de trabajo en
actividades privadas— entonces deberá tener algo de experiencia y
conocimientos, y eso no es posible para todos. Un redactor en una
agencia de publicidad pasaba la mayoría de sus horas escribiendo en su
blog. Entrevisté a varios desarrolladores web que habían descifrado cómo
llegar tarde e irse temprano, y un archivista que escribió la tesis de
su maestría mientras estaba en el trabajo.
WSJ: ¿Cómo logran hacerlo?
Paulsen: A
veces puede ser muy difícil para un gerente saber las tareas que
involucra cierto trabajo, y saber cuánto tiempo y esfuerzo requiere un
trabajo. Eso es especialmente evidente cuando hay conocimientos técnicos
involucrados. Mientras más grande sea una empresa o un departamento,
más difícil es saber lo que está sucediendo realmente allí.
Si
no hay opacidad, uno lo puede crear mistificando lo que está haciendo
realmente y cuánto tiempo requiere, como decirle a su jefe que este
proyecto va a demorar 10 horas, pese a que uno sabe que va a tardar sólo
seis. Una parte importante es mantener a los gerentes a distancia. Si
están muy involucrados en el proceso laboral, sabrán cuánto tiempo
requiere.
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