La conciliación entre la vida laboral y
la profesional es un tema que cada vez preocupa más al colectivo
masculino. ManpowerGroup ha constatado esta tendencia de su contacto
diario con candidatos en todo el mundo. Asimismo, los datos de la
Encuesta de Población Activa del INE también dan muestra de un paulatino
incremento en las reducciones de jornada de los hombres para cuidar de
sus hijos. A pesar de seguir a niveles muy inferiores al de las mujeres,
los hombres entre 25 y 44 años representan, a finales de 2014, el 3% de
las reducciones de jornada por cuidado de los hijos, frente a tan sólo
el 1% del cuarto trimestre de 2008.
Por otra parte, el análisis más detallado de las cifras viene a
mostrar una tendencia mucho más clara en la generación más joven. Y, sin
duda alguna, son estos más jóvenes los que marcan la diferencia frente a
sus mayores en cuanto a la reducción de jornada. Así pues, el grupo de
25 a 34 años es el que más incrementa, quintuplicando su porcentaje y
pasando de un 1% en el cuarto trimestre de 2008 al 5% en el cuarto
trimestre de 2014. Por su parte, el grupo de hombres entre 35 y 44 años
no han variado su porcentaje en estos años y lo mantienen en un 2%.
Este es un cambio social que implica también una transformación en
las empresas y una adaptación en sus políticas de fidelización del
talento. La holística del talento como enfoque en la gestión del mismo,
supone la integración no solo de aspectos clave a nivel organizacional
sino también en la esfera individual. Los hombres y el rol de la
paternidad en nuestra sociedad evolucionan y las cifras empiezan a
acompañar a las tesis que defienden la Igualdad.
Más allá de las cifras, también encontramos ejemplos prácticos en la
vida diaria de muchos hombres que a pesar de sus complicadas agendas,
buscan y encuentran espacio para conciliar. Este es el caso de Álex
Rovira, mentor del área de Comunicación y Personas de Human Age
Institute, para el que sus hijos son su prioridad y organiza su jornada
laboral en función de esto.
“Son el Sentido de mi vida, y son los mayores maestros que ésta me ha
regalado. No porque nos den lecciones regladas, sino porque nos regalan
el mayor de los dones que nos puede ser dado: aprender a amar y a ser
mejores personas para poder acompañarles del mejor modo posible hasta
que vuelen batiendo sus propias alas, o siempre que nos necesiten”
asegura Álex.
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