 Quienes seleccionan a los mejores candidatos para un puesto utilizan 
cada vez más las redes sociales para comprobar los datos, rastrear 
engaños, verificar perfiles y asegurarse de la idoneidad de los 
aspirantes. Lo que hacemos y decimos en los medios sociales tiene cada 
vez más impacto en nuestro empleo... Pero, ¿qué buscan exactamente de 
nosotros los reclutadores en Twitter, LinkedIn o Facebook?
Quienes seleccionan a los mejores candidatos para un puesto utilizan 
cada vez más las redes sociales para comprobar los datos, rastrear 
engaños, verificar perfiles y asegurarse de la idoneidad de los 
aspirantes. Lo que hacemos y decimos en los medios sociales tiene cada 
vez más impacto en nuestro empleo... Pero, ¿qué buscan exactamente de 
nosotros los reclutadores en Twitter, LinkedIn o Facebook? 
Que los reclutadores acuden a las redes sociales en los 
procesos de selección es un hecho. Como también lo es la necesidad de 
gestionan nuestros perfiles sociales para mostrar algo más que 
visibilidad si aspiramos a un puesto o a un cambio profesional. Conocer 
qué buscan aquéllos que nos pueden dar un trabajo es una ventaja 
competitiva. Y saber dónde husmean los seleccionadores y qué valoran de 
nuestra vida en las redes es un tesoro para triunfar en la búsqueda de 
empleo.
Andrés Pérez Ortega, consultor en estrategia personal, 
asegura que "en los tiempos en los que la oferta de profesionales supera
 a la demanda, lo más operativo es encontrar un modo de descartar con 
rapidez a quienes no cumplan los estándares que establece una 
organización. Desgraciadamente este tipo de criterios pueden quedarse en
 lo superficial. El aspecto en una entrevista de trabajo o el 
comportamiento en una comida con un headhunter han sido sustituidas por 
una visita rápida a las redes sociales del candidato".
Carlos 
Rebate, autor de Influencers, todo lo que necesitas saber sobre 
influencia digital, explica que "el perfil y el comportamiento en redes 
sociales de un candidato debe entenderse bajo el prisma de un sesgo 
generacional y de madurez y cultura digital del reclutador y de la 
organización de la que forma parte. Se refiere a ciertos requisitos 
básicos, como un perfil cuidado, una descripción de perfil que diga algo
 significativo o una línea de tiempo sin salidas de tono ni posiciones 
exageradas. Añade la necesidad de "aportar valor, contribuir a la 
conversación con criterio, dominar un nicho específico, mostrar una voz 
propia y auténtica y cultivar evidencias digitales de que dominamos el 
conocimiento por el que queremos ser reclutados, que implica crear 
infoactivos, es decir, contenidos propios sobre nuestra especialidad". 
Eva
 Collado, experta en nethunting y búsqueda de candidatos, considera que 
en esta red tiene importancia el hecho de compartir contenido de valor 
de forma regular, personalizar las invitaciones, interactuar y sumarse a
 grupos de interés para conseguir visibilidad y obtener sinergias.
Andrés
 Pérez opina que LinkedIn es "la red social tradicional para los 
profesionales", aunque añade que "en los últimos tiempos tiene tendencia
 a frivolizar los contenidos, y poco a poco se está convirtiendo en 
Facebook 2". Asegura que "si bien es cierto que LinkedIn facilita el 
trabajo de un cazatalentos -porque estandariza los perfiles- esto mismo 
se convierte en un problema para los candidatos, porque reduce su 
capacidad para diferenciarse. Por eso hay tantos asesores que explican 
cómo crear unos titulares llamativos, cómo elegir la foto adecuada o la 
forma de participar en los grupos". También considera que "esta 
herramienta ha conseguido crear una especie de guía telefónica de 
candidatos, pero a medida que crece es menos útil para éstos y resulta 
más complicada de gestionar para los seleccionadores".
Guillem 
Recolons, socio de Soymimarca, reconoce que "los reclutadores buscan a 
fondo en esta red profesional y se fijan en lo completo del perfil, 
aunque cada vez cobra mayor importancia el título que aparece justo 
debajo del nombre, por lo que es aconsejable aprovecharlo al máximo para
 explicar qué hacemos especialmente bien, aunque estemos inactivos 
laboralmente". 
Arancha Ruiz, especialista en talento y marca 
personal, explica que LinkedIn permite comprobar la veracidad del relato
 profesional, y añade que "al ser pública la información, los candidatos
 son más prudentes con lo que escriben en LinkedIn que en el currículo".
 Cree que los reclutadores miran las conexiones, especialmente las que 
el candidato tiene con el sector o función que se ha autoasignado como 
prioritario. Añade que a los reclutadores también les interesa conocer a
 qué empresas sigue el candidato o a qué publicaciones está suscrito, ya
 que esto da pistas sobre sus áreas de interés y demuestra una voluntad 
de estar al día, y de capacidad de aprendizaje constante (learnability).
 También resalta la importancia de aquellos temas que publica el 
aspirante o a qué contenidos le asigna un "me gusta". 
Por
 lo que se refiere a Twitter, Pérez cree que "es un medio interesante 
para conocer la actividad diaria o casi al minuto de un candidato. 
Permite saber a qué dedica su tiempo, qué opiniones tiene y hasta qué 
punto está centrado en su profesión. Twitter sería algo parecido a esos 
test en los que a uno le piden que responda con rapidez a un montón de 
pares de opciones y que, al analizarlas, ofrecerá un perfil de nuestra 
personalidad". Añade que, para un headhunter, esta red aporta facilidad 
de contacto además de información sobre las creencias y valores del 
candidato.
Arancha Ruiz opina que "Twitter es una red de 
información y opinión. Lo primero que definimos es el uso que le da el 
candidato. Si es para informarse y aprender, el reclutador se interesa 
por sus fuentes (a quién sigue) y si tiene listas por temas, será el 
enunciado de las listas lo que explique esos intereses". También le da 
valor al hecho de que el candidato tenga muchos seguidores gracias a que
 ha construido una comunidad con un contenido de relevancia relacionado 
con la posición que se quiere cubrir. Si el aspirante tiene muchos 
seguidores por haber utilizado estrategias de compra de followers o de 
"te sigo y me sigues" puede ser contraproducente. Y si el profesional 
usa Twitter para opinar en conversaciones ajenas a los temas y 
cualidades que el reclutador necesita para la posición no será relevante
 para su candidatura. 
Guillem Recolons se refiere a Twitter como 
"la red abierta. Es el lugar, junto a los comentarios en la prensa 
digital, donde se ven más excesos; la red que más pide a gritos contar 
hasta diez antes de publicar y preguntarse si ese tuit que vamos a poner
 aporta valor o quién lo leerá. Muchos candidatos no entienden que hasta
 sus likes pueden ser monitorizados". 
Para Eva Collado, lo que 
los reclutadores admiran en Twitter es la capacidad de hacer tuits 
excelentes, pero también la actitud abierta, transparente y 
colaboradora; el hecho de emitir y compartir contenidos de calidad;una 
presencia regular; la cortesía, que incluye agradecer y contestar; 
apoyar a nuestra comunidad y distribuir contenidos de terceros; generar 
valor; las listas para la curación de contenidos, o la participación en 
debates y la defensa de los propios argumentos. 
Guillem
 Recolons explica que, "dado que Facebook es una red originalmente 
personal, es aconsejable mantener un perfil privado, pero con la opción 
de hacer ciertas publicaciones (menos íntimas) en modo público".
Arancha
 Ruiz recomienda a los candidatos que "una red como Facebook esté 
cerrada, con ajustes de privacidad, ya que lo contrario indica que esa 
persona es poco cuidadosa, poco celosa de su privacidad o poco digital".
 
Eva Collado cree que lo que más importa a los reclutadores son 
las fotografías y lo que un posible candidato comparte en el muro, y 
asegura que Facebook "es la red que más se utiliza más para descartar 
aspirantes". Añade que aquí "el contenido es el rey, y se refiere a la 
calidad, a la transparencia, la cercanía, la complicidad, la ayuda y el 
humor, sin olvidar los vídeos o la música, que dan una idea de la parte 
más humana del candidato. A esto añade "el engagement que un profesional
 es capaz de obtener con su comunidad para resultar indispensable y cómo
 agradece, anima, apoya, felicita o respeta".
Ruiz
 añade que Instagram es también una red personal, pero al iniciarse como
 más pública y compartir principalmente imágenes nos transmite una 
imagen emocional del candidato: "Es el renglón público que en el 
currículo correspondería a otros datos de interés. Los like y a quién 
sigue el candidato hablan de sus valores y vínculos emocionales". La 
experta recomienda "comprobar la coherencia de nuestro perfil con lo que
 tratamos de ofrecer al seleccionador; construir una red que demuestre 
que sabemos relacionarnos y crear comunidad, eligiendo cuidadosamente 
con quién conectamos; o controlar nuestros impulsos antes de darle a un 
like. Muestra más de nosotros que un titular". Cree que hay tres temas 
de alta sensibilidad: religión, política y fútbol: "Posicionarnos en 
ellos puede crear una gran afinidad y también un gran rechazo. Para que 
no condicione nuestro futuro profesional hay que compartirlos en redes 
cuya privacidad podamos controlar".
Por su parte Recolons advierte
 de que "Instagram es una red de imágenes, por lo que la calidad de las 
mismas será un elemento interesante, especialmente si contienen un 
relato. LinkedIn es la red en que proyectamos quiénes somos, e Instagram
 dice más cómo somos. Nuestros valores quedan reflejados en nuestros 
pequeños relatos".
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario