viernes, 9 de abril de 2010

Cuide las formas en la comunicación

Cuidar las formas es un aspecto importante que hay que tener en cuenta para comunicar eficazmente. Francisco Muro, consejero delegado de Otto Walter para España y Portugal, ofrece algunas reflexiones a partir de los aforismos de Gracián.

La realidad y las formas. Los malos modos todo lo estropean, hasta la justicia y la razón. Los buenos todo lo remedian: doran el no, endulzan la verdad y hermosean la misma vejez. En las cosas tiene gran parte el cómo. Lo más estimado en la vida es un comportamiento cortés. Un ‘bel portarse’ resuelve singularmente cualquier situación. Señorío en el decir y en el hacer. (Baltasar Gracián)

Saber comunicar es una de las cualidades que todo directivo precisa fomentar. En la comunicación tiene más importancia cómo se dicen las cosas que lo que se dice en sí. ¡Cuántas veces se han estropeado hasta recompensas y gratificaciones por comunicarse en tiempo y forma inadecuados! Para comunicar bien es necesario:

1.- Saber influir: El cuidado de los detalles es una virtud que debe cultivar todo aquél que profesionalmente viva por y para dirigir empresas o equipos. Desde la forma de citar a una reunión o las explicaciones de los porqués de un cambio, hasta elegir la persona adecuada y el lugar y momento oportuno, todo ello forma parte de la comunicación empresarial, cuyo objeto fundamental es influir en otros para crear los efectos deseados. Para un directivo que se precie, no basta con afirmar “Yo ya lo dije”. Decirlo no es suficiente ni garantía de éxito.

2. Saber estar: Salvaguardar el liderazgo adquirido día a día, mes a mes, es una labor ardua y delicada. Agrandarlo ya se convierte en tarea de titanes sólo al alcance de los mejores. Por ello es inadmisible perder prestigio a raudales por falta de formas. Ser cortés, actuar siempre con caballerosidad y señorío, estar a la altura que corresponde al cargo y evitar todo mal modo, hasta en las circunstancias más provocadoras, son características que elevan al líder y permiten lograr la admiración sincera de su equipo.

3. Saber decir “No”: Una de las situaciones más difíciles a las que se enfrenta un directivo es decir “No”. Comunicar una decisión impopular siempre constituye un mal trago. Ahora bien, es precisamente ahí donde se palpan las diferencias entre el directivo que gana los corazones y las mentes de los suyos, y el que sólo consigue el desdén y la desgana.

4. Saber parar, templar y mandar: Mida siempre sus palabras. Prepare por escrito y a conciencia cualquier comunicación a su equipo. Concéntrese en los detalles y elija con inteligencia quién, cómo, cuándo y dónde. Ya es compleja la comunicación por sí misma, para enrevesarla más por no haber controlado los modos. En dirección no es tan importante tener razón como saber ganarse al otro. Competidores ya los hay fuera que nos presionan, así que no hace falta alguna incordiar con tensión extra por descuidar las formas o no medir las palabras.

5. Saber medir: La influencia escoge extraños caminos para provocar sus efectos. Evite todo aquello que pueda perjudicar su verdadero mensaje, su intención y su objetivo. Y, en caso de duda, cuando deba transmitir algo importante o delicado, aplique el más oportuno de los siguientes principios, en función del grado de conocimiento que tenga de su interlocutor:

- Dígalo como a usted le gustaría que se lo dijeran si estuviera en el lugar de la otra persona.
- Dígalo como usted cree que mejor lo va a apreciar y comprender la otra persona.

Saber negar. No todo se ha de conceder ni a todos. Tanto importa saber negar como conceder, y en los que mandan es prudencia necesaria. Y aquí interviene la forma; más se estima el no de algunos que el sí de otros porque un no dorado satisface más que un si a secas. El no y el sí son breves de decir y piden mucho pensar. (Baltasar Gracián)

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