lunes, 15 de julio de 2013

¿Se trabaja en España desde casa?

Sólo el 13,2% de de las organizaciones tiene en marcha políticas que fomentan este modo de trabajar. La tecnología es el elemento clave para potenciar el trabajo en remoto. La mejora de la productividad, el ahorro de costes y poder conciliar son algunas de las ventajas.
El fomento del trabajo desde casa exige cierta concienciación por parte de las empresas. La mejora de la productividad, el ahorro de costes y el hecho de que el empleado tenga mayor flexibilidad y pueda conciliar son algunas de las ventajas del trabajo en remoto, sin embargo, solo el 13% de las empresas hacen uso de políticas de trabajo flexibles. El resto aún no confía en un modelo de trabajar flexible ni en los beneficios que proporciona, de acuerdo con el estudio El trabajo flexible en España  ¿Es España realmente flexible?, elaborado por IDC España.

De hecho, es cada vez más habitual que los empleados porten sus propios dispositivos para trabajar y requieran una mayor movilidad para realizar su labor. Por lo tanto, es conveniente que las empresas respondan a esta tendencia imparable basada en la nube, auténtico motor del trabajo flexible.

Los retos de la flexibilidad laboral
Los datos que se extraen del estudio realizado por IDC, en los que se demuestra la escasa implantación de modelos de trabajo flexible en el tejido empresarial español, son concluyentes en cuanto a la necesidad de concienciar a la sociedad de la necesidad de un cambio.

1. Las empresas españolas no apuestan por el trabajo flexible. Al dato de que sólo el 13,2% de las empresas encuestadas tiene implantada una política de trabajo flexible se une que hasta un 59,1% de ellas considera que en los próximos tres años el panorama no va a cambiar en sus estructuras. Esto demuestra su inmovilidad y la falta de concienciación para lograr una mayor productividad de sus empleados.

2. Las empresas que implantan procesos de trabajo flexible apenas lo desarrollan para toda la plantilla. De hecho, sólo un 25% o menos de la fuerza de trabajo de las organizaciones que adoptan el modelo pueden utilizarlo.

3. Las empresas que adoptan un modelo de trabajo flexible no lo engloban en un marco legal. Nada menos que un 44,2% de ellas ni siquiera involucra a los departamentos de recursos humanos. En muchos casos se trata de un acuerdo entre gerente directo y empleado, cuando estas políticas deben implantarse de una forma controlada y monitorizada dentro de un marco legal y empresarial.

4. A pesar de darle la espalda, la mayoría de las empresas consideran que el trabajo flexible aumenta la productividad. Hasta un 60,5% de ellas considera que es mayor. Además, el 44% de las compañías encuestadas considera que el tiempo ahorrado por los empleados en viajar a la oficina es dedicado a trabajar, lo que supone un beneficio para la propia empresa. Uno de los problemas de la adopción de un modelo de trabajo flexible es precisamente que los beneficios económicos no han sido tenidos en cuenta por las empresas, sino que los avances sólo han venido dados por el componente social (conciliación de la vida familiar/social y profesional).

5. Las empresas españolas siguen sin medir el rendimiento de sus empleados por objetivos. El sistema de medición por objetivos facilita el trabajo flexible, pero esencial confiar en el empleado, que habrá de responder por objetivos alcanzados y no por el tiempo que está delante del ordenador. En este sentido, el 41,9% de las empresas que han implantado este modelo aún no miden los resultados del trabajo en función de los objetivos. 
 
 

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