- Para Giacobbe la concentración en lo que hacemos es el remedio para alejar los pensamientos perjudiciales
- “La presencia mental en la realidad es el secreto para disfrutar de la vida”
“El número de peligros que se inventa el hombre es infinito.
El compañero de trabajo que nos quiere hacer la cama, el amigo que nos
quiere levantar a la mujer; el inspector fiscal que parece que le va la
vida en dejarnos en bolas …” Todos estos son pensamientos perjudiciales
para Giulo Cesare Giacobbe, doctor en psicología y
escritor. Y en eso ha centrado su último libro “Cómo dejar de hacerse
pajas mentales y disfrutar de la vida”(edita La esfera de los libros).
Como el título la escritura resulta
desenfadada y directa. Con constantes apelaciones irónicas al lector a
través de paréntesis y pies de página. Así el escritor consigue
disfrazar una obra que resume cómo alejarnos de esos “actos de pensar en cosas que no tienen ninguna relación con la realidad”.
Giacobbe distingue entre el mundo de los pensamientos y la realidad, es
decir,“nuestro cuerpo y el ambiente que nos rodea”. A su juicio “el pensamiento es un sustituto de la acción”
y si no nos lleva a esta será perjudicial. Por el contrario aquel
pensamiento que da lugar a una acción capaz de eliminar las condiciones
ambientales negativas cumple perfectamente su función defensiva.
De ahí que podamos distinguir entre lo
positivo y lo negativo “El pensamiento es como un cuchillo: lo puedes
usar para untar mantequilla en una rebanada de pan o para rebanarte tú
mismo el cuello”.
¿Cómo alejarnos de los pensamientos perjudiciales?
Son muchas las personas que pierden
tiempo y energía por pensamientos sobre hechos que no han ocurrido, que
podrían ocurrir, de reacciones que nunca llegarán… Para dejar atrás este
tipo de procesos Giacobbe recomienda cambiar la actitud y “concentrar la atención en aquello que estás haciendo, en lo que está sucediendo, en el mundo que te rodea”.
Y es aquí donde se abre a la segunda parte del título de su libro, ya que según explica “la presencia mental en la realidad
es el secreto para disfrutar de la vida”. La idea es sencilla de
entender pero difícil de llevar a la práctica. Comprende tres fases. La
primera centrada en el mundo que nos rodea. Se trata de
concentrar el mundo material en el “si concentras tu atención en un
hecho o un objeto, estos se hacen reales para ti”. El segundo paso lo
sitúa en el cuerpo “cada vez que estés preocupado, que tengas miedo o
estés angustiado por algo que desees lo que no puedes obtener […] dirige
tu atención a tu cuerpo: descubrirás que tienes la
respiración agitada, que el corazón te late demasiado deprisa, que el
estomago se ha contraído, que tienes los músculos del cuello y la
espalda duros como piedras”, entonces debemos situar la atención en
nuestro cuerpo para conseguir relajación, a través de métodos como
aprender respirar. La última etapa es la mente, para la que también
pide observación, “si te sientes agitado no hagas fuerza alguna contra
la tensión aprende a observarla, acéptala y obsérvala”.
En definitiva la observación detenida de las cosas, la concentración debe centrar nuestros hábitos. Así conseguiremos evitar esos pensamientos que provocan tensión y no nos conducen a ningún lado.
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