Carlos Herreros
Soy un convencido de que los directivos y
quienes se preparan para serlo deberían conocer la historia del
Management porque muchas de las cuestiones actuales de la administración
y gestión empresarial, quizá con otros nombres o con otras vestimentas,
ya las vivieron y trataron nuestros antepasados; y saber cómo las
abordaron o las resolvieron sin duda puede ayudarnos a entender muchas
de las que actualmente nos preocupan.
Aunque la historia del Management es tan
antigua- quizá más porque ejemplos de gestión organizativa se
encuentran en otras especies animales- como la humanidad, quiero hoy
glosar brevemente el pensamiento de Maquiavelo de hace “solo” unos 500
años.
Además, abrigo otra convicción personal
que me gustaría que provocara un debate entre lectores interesados y
mucho más versados que yo. Cuando repaso los programas de formación y de
entrenamiento que ofrecen diversas consultoras, in-company u otras,
tengo la percepción de que la estrategia es la hermana pobre frente a
otras materias que parecen merecer mayor atención. Sin embargo, la
estrategia, pensar y actuar para asegurar el futuro de la empresa ,me
parece una tarea esencial.
Decir que Maquiavelo vivió en tiempos
turbulentos es una obviedad. Durante gran parte de su vida ( 1469-1527)
los estados ciudad italianos estaban casi continuamente en guerra con
los franceses, los españoles, el papado y entre ellos mismas. El mismo
Maquiavelo fue ascendiendo los niveles del funcionariado de Florencia y
llegó a ser miembro del consejo supremo conocido como “Los diez de la
guerra”, sirviendo también en varias misiones diplomáticas.
Sus ideas esenciales sobre la estrategia
y el liderazgo están recogidas en “El príncipe” y en “Los discursos”
pero es el primero el que ha recibido casi toda la atención,
principalmente porque en él Maquiavelo sostiene que “el fin justifica
los medios”, controversia que sigue viva en nuestros días quizá no a
nivel teórico ( nunca lo justifican) pero sí en el práctico ( la
necesidad de determinada acción u omisión por el bien de la compañía).
Maquiavelo, condona el uso del engaño,
del subterfugio, las mentiras e incluso la tortura si son necesarias
para la seguridad del Estado. Acepta que estas cosas son inmorales pero ¿
y si su práctica es la única manera que tiene el Príncipe de asegurar
la supervivencia del Estado?. Uno de los debates actuales a los que
deberíamos prestar más atención es a la supervivencia de la empresa.
Son profundas las implicaciones éticas
del pensamiento de Maquiavelo y resulta fácil entender por qué sus
contemporáneos lo criticaron duramente y prohibieron sus libros. Sin
embargo otros sostienen que cuando nuestro autor afirma que el fin
justifica los medios, está defendiendo “ una verdad incómoda”. El primer
deber de un gobernante es asegurar la supervivencia de su estado. Un
estado fallido, por muy altos que sean los estándares de sus
dirigentes, es un estado fallido. Una empresa puede tener un propósito
muy noble pero nunca lo conseguirá si la propia empresa se desaparece.
¿Significa esto que aceptamos las ideas de Maquiavelo sin
cuestionarlas?. Los mismos argumentos se han utilizado recientemente por
ciertos políticos para justificar la tortura conocida como
“waterboarding” de terroristas. Más cerca de nosotros también se utiliza
para cobrar o pagar sobornos para asegurar la supervivencia de la
empresa; pagar sobornos es inmoral pero hemos de hacerlo para conseguir
determinados contratos y puestos de trabajo para nuestra gente. Después
de 500 años Maquiavelo aún nos deja inquietos sobre la naturaleza de lo
moral y de lo inmoral.
Continúa resonando el pensamiento de
Maquiavelo sobre la estrategia. Dice que el éxito de cualquier empresa
no es más que la combinación de dos factores. El primero ,fortuna
(nuestra suerte) que es una combinación de circunstancias y de factores
del entorno que afectan a nuestro pensamiento y a nuestras acciones. El
segundo, vertú , que no solamente es la integridad sino también la fortaleza intelectual y la resiliencia mental. Es la vertú la que facilita a los líderes ver las amenazas y las oportunidades que presenta la fortuna ,
para luego reunir los recursos necesarios para afrontarlas o
aprovecharlas. El líder ganador siempre está a la búsqueda de
oportunidades estratégicas y puede moverse ágilmente para aprovecharlas.
Maquiavelo descarta positivamente la planificación: “ se equivoca menos
y será más favorecido por la fortuna quien adapta sus actuaciones a los
momentos”.
Vemos una línea directa entre su enfoque
de la estrategia y el que actualmente sostiene , por ejemplo, Henry
Mintzberg. También existe una fuerte vinculación con los conceptos
estratégicos comentados por Keinichi Omahe en “La mente del estratega” :
“ hay que llamar al éxito: no nos llegará de forma espontanea ni sin
planificar”, escribe Omahe, quien continúa: “ para convertirse en un
estratega eficaz se necesita una práctica constante del pensamiento
estratégico. Es una disciplina diaria, no un recurso que podamos dejar
dormido en tiempos normales para luego recurrir a él en una emergencia.
Al menos en parte, podría ser ésta una definición parcial de la vertú de Maquiavelo.
Estoy seguro, lector, de que si ha
ojeado estas humildes líneas estará un poco más de acuerdo conmigo en
que en los programas de desarrollo de directivos hay que introducir la
historia del Management y reforzar las disciplinas estratégicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario