El 39,8% de las compañías consultadas
reconoce haber incrementado la inversión en formación en 2013. El 84,1%
de las empresas consideran que la formación es una parte estratégica de
su compañía. Sin embargo, 6 de cada 10 han reducido su partida
presupuestaria para formación a pesar de los nuevos cambios introducidos
en la última reforma laboral.
Así lo certifica un estudio de Adecco
Training, Grupo Adecco, que se ha realizado entre más de 700 empresas
clientes procedentes de quince sectores diferentes en la que se ha
valorado tanto las inversiones realizadas a lo largo de 2013 como las
perspectivas existentes anuales.
El porcentaje más elevado de la
inversión realizada en 2013 se ha destinado a habilidades sectoriales y
técnicas, lo que refuerza la conclusión de que la inversión en formación
está íntimamente ligada a los resultados de la empresa. El 37,8% de los
encuestados cree que la mayor parte del presupuesto se dedicará a la
Prevención de Riesgos Laborales (23,6%), los idiomas (11,6%) y las
habilidades comerciales (10,9%).
Productividad y Motivación
Las acciones de formación que se
perfilan en este 2014 son las relacionadas con las habilidades
comerciales y más concretamente con la productividad y, por primera vez,
la motivación. que son las que más ha crecido en el último año.
Acciones que tienen que ver con los resultados de la empresa y el
bienestar de los trabajadores, convirtiéndose así la formación en una
parte estratégica de las compañías y de las nuevas políticas de recursos
humanos.
De hecho, el 96% de las compañías
consultadas por Adecco Training cree que desarrollar un entorno feliz
entre los trabajadores mejora la productividad y, por tanto, los
resultados económicos de la empresa. Razón que explica el incremento de
planes formativos vinculados a la motivación.
Externalización de la formación
Cuando se trata de formación
empresarial, los procesos de outsourcing o externalización de servicios
son habituales a la hora de impartir el conocimiento. La impartición de
la formación, la gestión administrativa de los planes, la gestión de la
bonificación y la labor de consultoría son las áreas que normalmente se
externalizan con los proveedores.
¿Quién recibe formación y cómo la valora?
Las áreas de la empresa más susceptibles
de recibir formación son, en primer lugar, la de Producción –compuesta
por perfiles como operarios, mozos, peones-, así lo cree el 36% de los
consultados; seguido por el área los mandos intermedios (29%) y el
personal administrativo (22%).
A nivel general, 9 de cada 10
trabajadores que recibe formación se muestra satisfecho con ella, aunque
existen diferentes matices: para la mitad (49,6%), estas acciones son
satisfactorias; un 36,6% se siente bastante satisfecho con ellas y un
7,3% las valora como muy satisfactorias. Sólo el 6,4% de los
trabajadores se muestra descontento con la formación que recibe por
parte de su empresa.
Entre los aspectos que pueden valorar
los empleados que reciben formación se encuentran los contenidos de la
acción, los formadores que la imparten, la metodología empleada o toda
la acción en su conjunto.
A nivel general, el 55,9% de los
trabajadores destaca toda la acción en conjunto como lo más positivo de
la formación recibida, seguido de los que escogen los contenidos (22%),
los formadores (15,5%) y por último, y en menor medida, la metodología
usada para impartir la formación (6,6%). El restante 8,3% de los
encuestados combina alguna de las opciones anteriores para conocer el
retorno de la acción formativa.
Hacia la mejora del retorno de la formación
Una de las asignaturas pendientes en el
campo formativo es la manera en que se cuantifica el retorno de la
formación: los métodos y herramientas de medición son deficitarios,
según los encuestados por Adecco Training. El 63,8% de las empresas se
preocupa por conocer el retorno de la formación impartida a sus
trabajadores frente al 36,2% que no lo hace.
Un 54% utiliza encuestas de satisfacción
al alumno al final de cada acción formativa como fórmula para medir el
retorno de la inversión en formación, frente al 28,7% que utiliza el
feedback de mandos o el 9% que emplea herramientas de seguimiento
personalizadas.
El método habitual para medir el éxito
de un programa, por tanto, se basa en la opinión de los participantes
acerca de la soltura y capacidad oratoria del ponente, el material
entregado y otros aspectos relacionados con el entorno físico donde se
realiza la formación. O lo que es lo mismo, una puntuación que indica el
nivel de satisfacción de los alumnos.
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