La reciente crisis económica que hemos
padecido y seguimos padeciendo ha cambiado la línea profesional de
muchas personas. De este modo, hemos asistido a reinvenciones
profesionales que en condiciones normales se hubiesen producido más
escalonadamente y menos drásticamente, y que en bastante casos han hecho
cambiar de actividad a muchos trabajadores.
Ahora los planes de gestión de las
empresas se definen a corto plazo porque ya no se dilata la respiración
asistida a empresas de dudosa viabilidad. Vaya que, como con inquina
algunos atribuyen a los catalanes, más que nunca, lo de la pela es la
pela. Y en este escenario, qué duda cabe que hemos perdido a muchos
profesionales que sabían hacer bien su trabajo, lo que sumado a los que
se han marchado fuera por no encontrar ninguna salida en nuestras
fronteras, supone una pérdida neta de talento para el país nada
desdeñable.
Con todo ello, mi reflexión de hoy la
quiero dirigir a todas aquellas personas que se encuentren en la
tesitura de elegir entre continuar con su actividad o bien dedicarse a
otra porque su realidad económica les obliga a ello. Y les quiero decir
que se den otra oportunidad, que intenten apostar por su arte y por su
manera particular de hacer las cosas. Muchas veces, un pequeño
movimiento cambia las dinámicas de nuestro trabajo y crea oportunidades
que se van concatenando. Y cuando uno recupera la confianza, crea más
conexiones, crea más ideas y está más predispuesto a luchar de nuevo.
Muchos fueron los opositores que
Cristóbal Colón se encontró tras su descubrimiento, aduciendo que tarde o
temprano cualquiera lo hubiese logrado. Y a los que supo cerrar la boca
cuando los retó a que intentasen poner un huevo verticalmente sobre una
mesa. Algo que el gran conquistador consiguió golpeándolo simplemente
por uno de sus extremos. Y es que muchos son los que dicen que pueden
imaginar las cosas y pocos los que son capaces de hacerlas.
Sea como fuere, a todos los que estéis
en esta encrucijada os animo a que apostéis por lo que os gusta, por
vuestro sueño y a que probéis a hacerlo de manera diferente, porque la
recompensa a tener éxito de una manera convencional siempre es inferior
al riesgo de fracaso de hacerlo de una manera alternativa. ¿Os vais
rendir? Ojalá no, pero si decidís continuar, nunca hagáis que vuestro
trabajo sea menos valorado de lo que se merece porque este es uno de los
principios del fin, ¿no creéis?
No hay comentarios:
Publicar un comentario